viernes, 20 de mayo de 2011

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS



"Verdadero suspense, terror sin pestañeo y una interpretación de Anthony Hopkins que es probable que sea referente durante años cuando se analice el cine de terror. (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)." (Roger Ebert: Chicago Sun-Times)


Hola amigos, os hablo desde mi celda aislado, con voz sibilina y afilada para perturbar vuestras mente. No me lo tengais en cuenta, sólo va a ser un momento.
En realidad, fue un momento, Anthony Hopkins aparecen en pantalla ni más ni menos que 16minutos. A que no pensasteis nunca que estuviesen en pantalla tan poco tiempo. Pues, bien merece un aplauso una actuación tan sublime. Desde los primeros momentos de la cinta te atrapa, y el miedo no se te quita del cuerpo. El miedo es libre, como se dice, pero Hannibal Lecter, estába encerrado, el loco andaba suelto por ahí, matando a señoritas ingenuas, sin embargo quien nos da miedo es el que está enjaulado al otro lado del criatal, esto lo he analizado con amigos, en cineclubs... y a lo más que llegamos a coincidir es que nos da más miedo aquello que no se ve, aunque se intuye, que Hopkins es un crack y Demme es un genio.
Hopkins, para el papel que recibió el Oscar de la academia, fue como mano de santo. No en vano ya se le había ofrecido anterior mente a Gene Hackman y Jack Nicholson. Pero... Aunque los otros también son dos actores de primera fila, el británico hace un trabajo colosal al componer el personaje. De entrada se llama Hannibal "El canibal", que puede parecer terrorífico, pero en realidad, a mí me parece un pareado de chiste, pero el actor lo colma de gravided, profundidad, entonces es cuando da miedo.



Hopkins construyo todo un edificio psicológico alrrededor de Hannibal, de tal forma que hizo sentir al personaje desprecio por el género humano. La primaria idea del asesino era acabar con su víctima por compasión, por que no merecía vivir.
Dotó al personaje, que es psiquiatra y un consumado psicoanalista, de unos gustos refinados y muchos rasgos intelectuales, con los que es capaz de ejercer una rara atracción a Clarice, (¡Qué recuerdos, clarice cuando pronunciaba su nombre con aquella voz!).
La primera mueca  en su cara era un sonrrisa perturbadora, tras la cual podía esconderse el mayor de los monstruos, la voz dulce, aterciopelada, el actor dice que es una mezcla entre la de Thruman Capote y Katherine Hepburn. Por contra, mantine los ojos como platos, sin pestañear. Es una cualidad del personaje que añadió el propio Hopkins hablando con el director.
La máscara que usaron es distinta a la que escribió Harrys en la novela, ya que la careta de jugador de hockey sobre hielo, taparía las facciones de Anthony Hopkins, con lo cual se optó por fabricar un hibrido entre máscara de Hockey y en el que se le pudiera ver la cualidad y la importancia de los ojos. Los ojos del cazador que estan continuamente encima se su víctima, escudriñando el gesto más leve para lanzarse sobre ella.



En ese momento, dejamos de ver al Hannibal más racional, más doctor, más analítico y deja paso a la bestia inmunda, a ese canibal que lleva dentro.
La agente sterling es alienada de sí mismo, sale al encuentro del criminal donde va a ser arrastrada en la vorágine de los acontecimientos. Es una situación incómoda, frenética para ella pues quiere tenerlo todo controlado y le sobrepasan las circunstancias.
La agente a la que inerpretaba Foster tenía una amalgama de sentimientos enraizados que en su momento fueron válidos, para sobrellevar ese mundo plagado de hombres en el que se tuvo que hacer paso. Pero el doctor Hannibal Lecter, no era un hombre como los demás, quizás un asesino, pero fuera del alcance de su lógica como agente. Ella acostumbra a codearse con asesinos como el de la película, Buffalo Bill, pero no con gente como Lecter, que la mima mientras la asusta.



Antes que J. Foster, fue considerada para el papel de la agente Starling, a Michelle Pfeifer, es curioso, pero por aquel entonces Pfeifer, era una figura ya consolidada y Foster también, había hecho acusados amen de otras actuaciones increibles como Taxi driver. Hoy en día no entendería otra forma de buscar el personaje, con la fragilidad con el que lo dotó Foster, en ese fino equilibrio de una falsa apariencia de fortaleza.
En el capítulo de diseño, se produce una singularidad que a mí, como español e incondicional seguidor de Salvador Dalí, me parece como poco, impresionante. En la portada del cartel de cine, existe una peculiaridad en la mariposa que cierra la boca a J. Foster, y es que la cabeza del insecto, está compuesta por una calabera con los huesos de tres mujeres. El diseño inicial de esa calabera es del genio español Salvador Dalí.
Ha sido un homenaje a la mente delirante de los personajes de la película, curiosamente otro eje triangular. Buffalo, Sterling y Lecter. Precisamente, también el modelo de mariposa no fue elegido al azar, pues, el pespecimen expuesto en el cartel, (Acherontia atropos), pertenece a una especie africana, que en algunas épocas del año, emigra a zonas europeas, y que está asociada desde culturas milenarias a la mala suerte. Precisamente, en la cultura griega a la laguna estigia, morada de los muertos. Os dejo aquí una muestra del arte de Dalí, para que lo comparéis con la primera imagen. Si pinchais las imágenes se ven más grandes.






Anthony Hopkins, hoy reconocido como uno de los grandes, y haciendo aun actuaciones impresionantes estos últimos diez años, será recordado por esta película, no en vano, se ha comvertido en un personaje del inconsciente colectivo popular.
Él es un hombre prudente donde los comportamientos histrionicos más característicos en gente como Nicholson no se dan, pero en un tiempo muy lejano ha tenido que lidiar con algunas bromas pesadas del personaje de Hannibal Lecter. Es el caso de locales que solía frecuantar el actor y que a raíz de la película en más de una ocasión, a pesar de pedir otro menú, indefectiblemente le servían hígado crudo, con un ligero giño de ojos.
El actor acabó muy quemado. Uno de los ejemplos más claros se vió en una entrevista. En la busqueda del personje, Hopkins había añadido la característica de que el doctor, nunca parpadeaba, siempre mantenía la mirada, como elemento perturbador. En la promoción de la película lo repitió hasta la saciedad. Pues en una entrevista, años después, un periodista le dice si había percibido que el personaje nunca parpadeaba. A lo que el actor respondió "No sé, ahora mismo me entero de eso".






En orden a otras anecdotas de la cinta, Roger Corman, el insigne director de cintas de clase b, casi todas de terror, "La tienda de los horrores", "El terror", etc... Hace un cameo como forense.
Demme construyó una sinfonía terrorífica en algunos momentos de la cinta. En especial en las conversaciones entre Hannibal y Clarice. Hay una tensión continua, hasta la última escena, donde la deja al teléfono sugiriéndole que el mundo es más interesante con ella ahí fuera, claro, esto con Hannibal suelto.
La película fue un enorme éxito de crítica y público a pesar de que existían numerosas voces dicordantes y críticas, sobre todo del sector homosexual, cirucunstancia que apenó a Demme, gran defensor del colectivo. Al año siguiente callaría muchas vocas al estrenar "Philadelphia", una dura historia de discriminación homófoba con la que se alzaría con el oscar.
En este sentido, el film ha sido un hito, pues es la primera película de terror en ganar el oscar a la mejor película.