viernes, 29 de abril de 2011

EL GABINETE DEL DR. CALIGARI



EL gabinete del doctor caligari, película de Robert Wiene, hecha en 1919 y estrenada en 1920, es una de las obras más sobresalientes de lo que llamamos “Orígenes del cine”. Encuadrada y una de las máximas exponentes del expresionismo alemán. En pocas palabras, porque seguramente le dedicaré algún post en el futuro, el expresionismo alemán es un movimiento cultural y artístico que nace mayormente en Alemania. Nace como oposición al impresionismo. Era un movimiento que se niega a aceptar la realidad como forma única de expresión artística. Conviene dar cuenta de la época y la coyuntura cultural del momento. Recién acabada la primera guerra mundial, Alemania está hundida economicamente y psicologicamente humillada. De hecho algunos Pseudo historiadores del cine han dicho barbaridades sobre el movimiento en el sentido de que fue capaz de provocar una conciencia propicia al ascenso de Hitler. Dato que es muy discutible, además en otros países ya hay implantado en el arte, el simbolismo, con el que comparte el expresionismo ciertas características. También son los años en que campa el psicoanalismo de Sigmund Freud, etc...
El expresionismo opta por la  deformación de la realidad, porque quiere obtener un punto de vista más humano, basado en sensaciones y sentimientos. Trata de presentar un escenario más subjetivo, más sutil. Hay que dar cuenta de un periodo histórico post primera guerra mundial, y la realidad y la gente no estaba de humor para ver la realidad descarnada.



Los nombres que estuvieron también dentro del movimiento, habían sido: Fritz Lang, Paul Wegener, Friederich Wilhelm Murnau, Josef Von Stemberg, Ernest Lubitsch, Ewald André Dupont, entre otros.
Movimiento por otra parte, muy comprometido, no sólo en la esfera del cine, sino también en la arquitectura, arte, música, etc… A partir de aquí, muy atentos los que tienen debilidad por la moda, arquitectura y la fotografía, porque en estos campos, el expresionismo alemán ha sido un filón una fuente inagotable de imaginación y recursos. Dentro de lo que podemos decir de la moda, presentan a unos personajes tan estrafalarios en sí mismo que cualquier modisto se derretiría como flan par vestir a estos seres. Dentro de lo que es la arquitectura, la película es tremendamente innovadora, utiliza formas geométricas distorsionadas, incluso muchas veces puestas de una forma repelente. Con diagonales y demás deformaciones de líneas que han calado en el séptimo arte, más allá de su sentido inherente. Muchas de esas líneas transportaban a una composición onírica, para desprendeses del espacio, que más que sitio físico perceptible se convertía en una presencia turbadora.
En un principio, el elegido para dirigir esta película era Fritz Lang, pero el realizador la había tenido que rechazar por problemas de agenda, estaba contratado para llevar a cabo la producción de las arañas. Con lo cual el camino quedaba libre para Wiene, que hizo unas pruebas de cámara, según el look y estilo de película que querían sus gionistas y productor. La prueba de cámara resultó ser un éxito rotundo y el director permitió que la película fuese grabada bajo las premisas del impresionismo.


 La puesta en escena fue tan vanguardista, que hasta el negativo se hizo tintado de varios copulantes (Colores, para le que no entienda de fotografía), para que diese una sensación de desasosiego y futurista. Los decorados habían sido hechos y diseñados por pintores. 
En la elección de cámaras y ángulos es muy exquisita, ya que pueden ayudar a crear atmósferas opresivas que van muy bien con lo que se pretenden contar. Objetifos con mucho ángulo de visión que producían una aberración de lente. (Vamos, que curvavan las líneas) unido a la decoración intensificaba la sensación. Se usó mucho el iris, para aumentar esa claustrofobia.
El maquillaje caracterizando a algunos actores también tiene una especial importancia, ya que da el tono de lo que podemos esperar de ellos.
No se me quitará esa imagen de Césare, el aparente ser de piel humana que el doctor Caligari usa para su circo con la mirada blanca, casi nuclear. Es aterrador, porque representa a esa generación entreguerras. Justamente la historia cuanta como el Dr lo tiene en una especie de hibernación de veinte años, poco más o menos que el periodo de entregerras, y luego sale el asesino que lleva dentro. De ahí las connotaciones pre-nazis.
También se ha asociado a cualquier tipo de sociedad, que bajo una ceguera se tiene que dejar llevar por un doctor interesado. Con lo que podéis quedaros con la que quráis.






También en su forma de narrar historias es innovador, porque retuerce también el tiempo narrativo a modo de flashback, que por aquel entonces no era muy frecuente.
El guión original experimentó una modificación en el final, haciendo que todo fuese algo imaginado en la mente, de otra manera resultaría muy siniestro para el público.
Bueno, espero que os guste la película a los que no la habéis visto y los que la habéis visto no os defraudase mucho, porque hoy en día no hay un gusto excesivo de este tipo de cine, que como bien dice la pripia historia del cine, es parte de sus orígenes y merece un respeto superlativo. Muchos directores de hoy que nos pueden parecer innovadores, seguramente bebieron de las fuentes.
Si no queréis gastar, la película circula libre por internet, está en inglés, pero se ve bien, no hace falta saber mucho, es muda, sólo se lee. Es patrimonio de la humanidad.

http://www.youtube.com/watch?v=xrg73BUxJLI&feature=fvsr 



sábado, 16 de abril de 2011

CON FALDAS Y A LOCO (Some like it hot)




Bueno, pues yo creo que estamos ante un clásico entre los clásicos , la comedia americana por antonomasia. Es difícil que yo escriba algo más sugerente que otros para animar al personal a ver esta película. Estoy seguro  que la inmensa mayoría o ha visto la película o ha oído hablar de ella. Se me ha ocurrido escribir sobre “Con faldas y a lo loco ” por hacer un homenaje a Tony Curtis, muerto el año pasado.
La cinta es una adaptación de una película alemana “Fanfarria de amor” de la que coge la idea principal del travestismo. Además es un homenaje a todo el cine negro clásico, en efecto está ambientada en la época de la ley seca americana, finales de los años 20, antes del crack de la bolsa del 29. De hecho, la matanza a la  que se hace referencia es la de San Valentín, acaecída en realidad. 


Por empezar de alguna manera, lo haré por Billy Wilder, sino el mejor director de su generación  en lo que a comedia se refiere sí es el que más talento atesora. Ya tenéis varios apuntes de este director en post anteriores como “El crepúsculo de los dioses”. Ya sabemos cómo se las gastaba el bueno de Billy, en  esta entrega veremos cómo se las ve y desea con Marilyn Monroe, a la que pone a caer de un burro por una parte y por la otra, bueno…, por la otra también. Para él resultaba insoportable. Aunque en el fondo la quería. Sabía que era una de estas muñecas rotas que suele fabricar Hollywood. Sabía que era pupila de Lee Strasberg, o al menos iba siempre acompañada de la mujer de este y en cada toma Marilyn le pedía la opinión. Eran íntimas amigas, pero esto exasperaba a Billy Wilder, con lo que un día cansado de tanta tontería, en vez de ser Marilyn la que pregunta, se adelanta este con voz socarrona y aguda, en un tono cabrón “Ha estado bien, miss Strasberg”.


Hay que perdonarle estos pequeños deslices al maestro, puesto que también nosotros nos beneficiamos de ese arranque de acidez y humor negro. Hay más desplantes, pero los contaré más adelante, porque Marilyn Monroe es un mito, una sex-symbol, pero tela, tela, lo que le costaban algunas escenas. Se puede achacar a que por esta época estaba embarazada de Arthur Miller, por eso han tenido que retocar los carteles promocionales, con tal de no denotar la ya incipiente tripa de la actriz. Al final, Marilyn perdió el hijo. Por eso digo, que a veces estas muñecas rotas de Hollywood no tienen una vida tan placentera como desearía cualquiera de nosotros.


El Vienés, Wilder, venía de hacer una serie de películas dramáticas que nos quitaron el aliento y  junto a A.I. Diamond formó un dúo que no ha tenido parangón en la historia del cine a la hora de la elaboración de guiones para películas. Para esta película han usado un humor muy negro, aunque hoy en día no se estila el humor de los años cincuenta, te partes el culo igual, da lo mimo que la hubieses visto diez veces, aún hoy te caes de la silla. Con todos es una película que se codifica bajo la pícara mirada sexual de estos años y hoy ya no se estila. Hoy resultaría vulgar referirse al tema en esos términos.


Los diálogos son electrizantes, desde la presentación de Sugar Kane, el personaje de Monroe, donde Tony Curtis y Jack Lemon hablan del sexo femenino mirando para las piernas de Marilyn que avanzan por el andén con un ritmo muy particular del que Jack Lemon solo acierta a decir – ¡Mira eso!, mira como se mueve. Parece gelatina montada sobre muelles. Como si tuviera un motorcito interno o algo parecido. Es otro sexo completamente distinto -. Después de todo esto, un malintencionado vapor de tren hace estremecer y parar el ritmo del motorcillo.


Es que Paula Strasberg la había enseñado bien, y en pantalla Marilyn aparece espectacular, pero por detrás todo fueron disgustos, mal humor, retrasos. Para empezar Marilyn tenía una escena en el tren con Tony curtis, en la que estaban picando hielo, y tenía que decir una frase que estaba escrita en uno de los cajones que tenía que abrir para coger ropa, con lo cual quedaba perfectamente disimulado. Pues nada, la chica tenía que repetir la escena 59 veces… y no os perdáis cuál era la frasecita, cito textualmente “¿Dónde está el bourbon?”. Otra de sus perlas eran los retrasos, normalmente llegaba a los estudios no menos de dos horas tarde todos los días, a lo que Wilder en un principio montaba un circo, luego ya pasó del asunto directamente. Un día declaró que la actriz solía retrasarse y que ahora la llamaba en Mayo y aparecía en Septiembre. Harto de su tardanza un día le recriminó el hecho y Marilyn se excusó diciendo que se perdió de camino a los estudios. Wilder montó en cólera, - siete años viniendo a los estudios y me quiere hacer comulgar con que se ha perdido, menuda trola – Luego fue peor, porque supo que no le había mentido. Con razón Tony Curtis decía que era una mujer encerrada en un cuerpo de diosa y una mente de una niña de cuatro años.
Que nadie piense que este post sirve para poner a caer de un burro a Marilyn Monroe, me apoyo en datos verídicos vertidos de las anécdotas del gran libro amarillo de Some like it hot. Marilyn, cuidado, que ha sido una niña víctima de abusos sexuales, nunca ha tenido una vida fácil, para empezar perdió a sus padres a una edad muy temprana y siempre ha tenido problemas. Para superar todas esas adversidades hay que tener algo. Para mí es una mujer y una figura admirable. Pero bueno, igual la memorización no era lo suyo, que se le va a hacer.


Con todo, pese a lo mal que lo pudiera pasar Marilyn con el guión, es una obra de arte, de orfebrería cuasi perfecta. Todo en el es aprovechable, desde las mayores mentiras y excusas hasta las mayores casualidades. Me explico, Dos músicos sin trabajo, necesitan ir de viaje y van a alquilar un coche, es la premisa ideal para encontrarse con una matanza en medio de un garaje. Se tienen que camuflar de manera que los gansters no los pudiesen reconocer en la vida, así que se enrolan en una orquesta femenina. De esa forma ya tenemos justificado tocar el tema del travestismo sin miedo a la censura.


Lo bueno que tenía este dúo, me refiero a Wilder y Diamond, es que no dejaban cabos sueltos, no dejaban nada para el azar. Una de las anécdotas más famosas de la película tiene que ver con el guión y el final de la película. Diamond y Wilder trabajaban continuamente depurando el guión… y hasta que no encontraban el giro genial no descansaban. Paradójicamente, la frase más famosa de la película “Well, nobody is perfect” (Bueno, nadie es perfecto) fue la frase que dejaron porque no se les había ocurrido en el tiempo de rodaje otra mejor.


Jack Lemon entró en la producción de rebote, imaginad la película sin Jack Lemon. Pues es verdad, en un principio el papel fue ofrecido a Jerry Lewis, que lo rechazó por el carácter homosexual encubierto de los protagonistas. Desde entonces, cuando se cumple el aniversario de la película, Jerry Lewis, recibía religiosamente en su casa una caja de bombones en agradecimiento por rechazar el papel, firmado Jack Lemon. Jack Lemon comienza con esta película su época de plenitud, se coloca en la cima de su carrera, luego hará "El apartamento", "Días de vino y rosa", con las que se consagraría como actor de comedia, aunque era un fenomenal actor dramático, lo demostró en "Missing". Generalmente, los buenos actores dramáticos, no tienen porque ser buenos actores cómicos, en cambio los buenos actores cómicos son buenos en el drama. Hoy nadie discutiría el protagonismo de Lenon y su magnifica compenetración, pero entonces llevaba las de perder con Lewis. Hoy, mirado desde otro punto de vista, diríamos que Jack Lemon le imparte unas clases de interpretación a Lewis.


Tony Curtis,  es quizás, del trío protagonista,  el que menos se ha mitificado después de tanto tiempo, pero la verdad es que está impresionante. Debemos caer en la cuenta de que antes de él se buscó para el papel a Gary Grant y a Frank Sinatra, más que nada porque en etapas de la película tiene que dar el toque señorial y de gentelman. Pese a su relativa juventud, supo llevar a la perfección el rol de vividor a costa de una pobre doncella impedida en sus brazos como era Sugar Kane (Marilyn Monroe). Mantener el típo con ese monumento delante, aunque para ser justos, con las veces que Marylin tenía que repetir las tomas tuvo tiempo de ensayar y ensayar. Otra de las peculiaridades del personaje que ha tenido que afrontar Tony Curtis, es el hecho de que no doblaba personaje, sino que lo tripicaba al meter por medio al multimillonario playboy hijo del imperio de la petrolera Shell. Hay una frase imperecedera, fruto de la genialidad del dúo de guionistas que hace referencia a la astucia del personaje, se produce cuando Sugar Kane dice "No podré olvidarte, a cada sitio que voy, veo una Shell".
Tony tambié ha tenido problemas con Marilyn Monroe, a saber de muchas escenas en las que ha tenido que soportar un suplicio porque  ella no estaba en el punto justo y el se desesperaba al tener que clavar todas las escenas. La más conflictiva fue la del beso en el barco, en la velada nocturna, cada vez que la repatían a Curtis se le empañaban las gafas como es natural, pero el que es actor sabe que en cada toma tiene que olvidarse de eso de manera consciente y... la verdad, yo comprendo a Curtis, devió de ser un suplicio. El mismo  Curtis llegó a declarar que "besar a Marilyn era como besar a Hitler". Posteriormente desmintió que el huviera dicho tal cosa.


Tony Curtis y Jack Lemon tenían un ligero problema de maquillaje, aparecían verdes en las pruebas de cámara cuando aún se pensaba hacer la película en color, la razón era la excesiva cantidad de polvo que llevaban para tapar en la medida de lo posible sus facciones masculinas. Wilder, espantado por el resultado, se apresuró en cambiar la producción a blanco y negro. El único escollo a salvar era el de Marylin Monroe, que tenía un contrato con la Fox en el que se especificaba que todos  las producciones de la actriz deberían de ser en color, en caso contrario, la actriz tendría la potestad de rehusar aparecer en la película. Finalmente, Billy Wilder logró convencerla porque le dijo que en blanco y negro con esos vestidos iba a quedar espectacular en pantalla, como las grandes divas del Hollywood clásico. Marylin aceptó.
Apropósito del vestuario, Marilyn apareció con unos vestidos ligeros de tela, una circunstancia extraña para la época. Lo cierto es que lució como nunca en pantalla. Hay una anécdota, donde el encargado de vestuario, le toma las medidas de la cintura para el vestido y le susurra al oído a Marylin que Tony Curtis tenía un culito más fino que ella. Ella, airada, se da la vuelta se desabrocha la blusa y le responde: “Él no tiene unas tetas como estas”.
Ya veis amigos no lo podemos tener todo. Como diría Jack Lemon, “Bueno, nadie es perfecto”.

sábado, 2 de abril de 2011

LAS UVAS DE LA IRA



"El más impresionante retrato de la depresión que asoló los Estados Unidos en los años treinta viene firmado por la mano maestra de John Ford. Un canto a la solidaridad. Cotidiana, lírica y comprometida, una película inolvidable, necesaria y magistral" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)


 Cuenta la aventura de los miserables, de los oprimidos, los que por desgracia o fortuna se ven obligados a vivir vagando en pos de la dignidad en sus vidas.
Todo se resume en las inolvidables frases que Tom Joad refiere a su madre antes de partir por última vez: "... Allí donde haya un policía pegando a un muchacho, allí donde un recién nacido llore porque tiene hambre, allí donde haya una lucha contra la sangre y el odio en el mundo, mírame allí mamá porque allí estaré. Allí donde haya alguien luchando por asentarse en algún lugar, o por un trabajo decente o una mano amiga, allá donde haya alguien que luche por la libertad, mira en sus ojos mamá porque allí estaré yo...".



Un western moderno (un viaje al oeste en busca de trabajo y bienestar), realista, ya en la era del automóvil, durante la Gran Depresión en los años 30 y la sequía ("Dust bowl", o tormenta de polvo) que asoló Oklahoma simultáneamente. Una película perfecta, en blanco y negro, de 1939, un melodrama que impacta como tal (emocionalmente) a causa de las penurias sufridas por una familia (y miles de otras) que sin un mendrugo de pan que llevarse a la boca, no tienen más alternativa de ponerse el mundo por montera. Con unos campos que ni valía la pena trabajar, no había ayudas al campesinado y tuvieron que emigrar para tener un futuro de jornalero explotado.
Hoy en día me pregunto por lo que estamos viviendo estos días y aunque quiera no puedo encontrar paralelismos porque no estoy en esa situación. Aunque si advierto por llamadas a la radio en algunos casos la misma desesperación que la que podía haber tenido cualquier familia que se hubiese visto en la situación de la cinta.




Este film, cada día gana más adeptos, sobre todo desde que ha salido en formato digital. Habla de la vida misma, y de hechos reales. John Ford, en ciertos momentos utiliza un tono documental o pseudo-documental, sólo permeabilizado por las emociones que emanan de los protagonistas de esa realidad.
Tom (Henry Fonda) sale de la cárcel, y descubre que para su desgracia existen fuera de esos cuatro muros otros tantos en el exterior que no dejan respiro. Cuando entra en la cárcel vivía en la Norteamérica de la bonanza económica, la bonanza de los años 20, y cuando sale y se reinserta en el mundo libre, tiene que hacerlo en la gran depresión fruto del crack del Down Jones en 1929. Los ánimos estaban más exaltados, no era un tiempo fácil para forjar modelos o héroes. Sin embargo, aun considerando a Tom, un hombre con manchas pues es exconvicto, hace ver, que Ford, lo que quiere es presentar a un hombre normal, representante de la gente buena, corriente, sencilla, que sufre inpertérrita la impotencia de ver como hasta los más primarios derechos les son denegados en favor de los poderosos que siempre los han explotado. 




Ahora es cuando viene la parte del cine que más me gusta, donde lo imposible, se hace realidad. Y esta vez, la pifia es gorda, y no es de la cinta ni del director, si no de la Unión Soviética. Ya sabeis que la censura de las películas americanas en la Unión Soviética era terrible, pero es que en 1940, un año después del estreno de “Las uvas de la ira”, permitieron su estreno y difusión en la tierra de los antiguos Tzares. Supongo que ya os imagináis porqué, ponía en evidencia el sistema capitalista y el declive de la sociedad norteamericana. Las autoridades encantadísimas. Bueno, claro, hasta que el público en la Unión Soviética se enteró, que en América, la familia más paria, más pobre, podía permitirse ser propietaria de vehículo propio. Ja, ja, ja. Aún estoy viendo la cara de póker que tendrían los mandatarios.
Bellísima fotografía, actuaciones inolvidables, parlamentos de gran fuerza, situaciones propias de un cataclismo social. Un comentario a menudo repetido dice. "Una de las más grandes películas de todos los tiempos". No debe trivializarse su grandeza haciendo lecturas tendenciosas de intenciones políticas, si eso es posible. Es una obra acerca de la esperanza y la resistencia, acerca de la necesidad, acerca de la "condición humana".




Adaptación de una novela de John Steinbeck (1939) hecha por Ford, casi fiel a la obra homónima, pero con el cambio del final, para hacerla más digerible en cine, que el final primitivo y demoledor que Steinbeck había ideado.
Me ha parecido oportuno rescatar esta película en la situación actual, económica quiero decir, porque siempre nos ofrece algo en qué pensar.
También me pareció oportuno rescatar esta entrevista con Ignacio Julià hecha al jefe, Bruce Springsteen
“Mi vida fuera de la música fue muy vulgar hasta que un día alguien me recomendó Las Uvas  de la ira, una película de John Ford que pasaban aquella noche por la tele. En América, cuando pasan una película en blanco y negro todo el mundo cambia automáticamente de canal. Yo mismo había cambiado de canal varias veces al principio de Las Uvas de la Ira, pero aquella noche la vi y esa película despertó mi curiosidad por enterarme de las cosas, por leer libros, ver películas. Comencé a ver todas las películas de John Ford, los westerns y todo eso, y me enseñaron mucho más sobre la historia de mi país que todos mis años de escuela juntos” B.S.