viernes, 25 de marzo de 2011

EL MAQUINISTA DE LA GENERAL (The general)



The general, así reza el título de esta óbra incólume del séptimo arte. Pocas veces, una película alcanzará mayor repercusión mediática. Keaton estaba en la cresta de la ola, incluso, salía ganando en las comparaciones con chaplin. Keaton era capaz de hacer películas más movidas e igualmente cómicas. Es curioso, pese a lo que podáis pensar, la historia ha tratado peor a Buster Keaton que a Charles Chaplin, pues lo ha herido en su orgullo de artista.
Buster Keaton, digamos que era en aquella ocasión, si no el mejor, uno de los tres mejores de la historia en destrezas físicas para el cine. Hay mucha gente que poco o nada sabe de la vida de este fenómeno. Su padrino en esto del espectáculo fue ni más ni menos que el gran mago Harry Houdini. Houdini trabajaba en la misma compañía que los padres de Keaton, con todo, de pequeño, Keaton destrozaba todo, aprendiendo las destrezas, con lo cual le quedó el apodo de "Buster" (El que revienta todo). Su nombre real era Joseph Francis Keaton. En España siempre lo conoceremos como "El pamplinas".
Buster Keaton comenzó en teatro, porque el circo era muy duro, y poco a poco fue interesandose por la incipiente industria del cine. Para comenzar y aprender, se unió a la compañía de Fatty, como chaval que hacía acrobacias y demas, los comienzos nunca fueron buenos. Fatty se fijó en él por sus impresionantes habilidades e hizo incluso alguna vez pareja cómica.





Buster Keaton era un realizador de cine mudo, excepcional, mucho mejor que chaplin, con una expresivida mayor, e inclusmo más sentido clown que el propio Chaplin. También es verdad que a Keaton le importaban menos los aspectos culturales, es decir, primaba el humor antes que las lecturas sociales. No digo que no las tuviera, que las tenía, pero que en contraposición con Chaplin, eran mucho menores. Siempre se dijo que Keaton era más prosaico y Chaplin más lírico... y en cierto modo es verdad, pero los dos muy cómicos a su manera. Keaton siempre mantenía su rostro impertérrito ante los que sucediera, parecía bobo en comparación a los demás, con lo que la sensación era cómica. También por eso lo llamaron cara de palo o piedra, como en su época lo hicieron con Charlton Heston.



Pero, luego las destrezas, piruetas y cabriolas, en el cine mudo no servían para entretener, fue perdiendo paulatinamente la atención del público hiteresado en ver historias más profundas. No quiso o no supo adaptarse al cine sonoro, podría ir a clases de dicción, etc... pero se conformó con explotar sus habilidades en locales de segunda, en bolos que en defenitiva le quitaron poder adquisitivo, le provocaron problemas familiares y una larga afiliación al alcohol. Lo  pagó con creces, tenéis estos enlaces a entradas que hablan un poco de él, para no repetirme en esto y que podáis cumplimentar información.


Como ya dije antes, la premisa es bien sencilla porque en realidad no importa la historia sino, más bien, cómo se desarrolla.  Estamos en medio de la guerra y nos encontramos con Keaton, que es un maquinista que tiene dos amores, Anabel Lee, como la canción de Radio Futura, y su locomotora. Muchas veces hay la ironía de pensar que a la hora de elegir, Keaton se quedaría con la locomotora y no con la novia secuestrada.



En esta cinta, Keaton explota mucho del Clown. Personaje al que po lo general le salen mal las empresas que acomete. De hecho, la novia lo desprecia por cobarde, por no alistarse para la guerra, pero es que le ordenaron que siguiese de maquinista por su utilidad.
Lo cómico es que raptan a un mismo tiempo novia y locomotora. Por eso surge la duda de su primer amor, entre cabriolas y otras destrezas cómicas, va superando las situaciones más enbarazosas.
Hoy en día, es una de las joyas del séptimo arte, pero en su época supuso que Buster Keaton dijese adíos a su independencia de los estudios. La verdad es que parece irónico que la película que se presenta como un paradigama del género de Humor mudo, en cuanto a que es ya un largometraje, por aquel entonces resultó un fracaso de taquilla. Para más inri, está incluida en las 100 mejores películas de la historia según el instituto americano del cine. (AFI).



Es comprensible el enfado posterior de los que habían puesto el dinero, ya que se habia gastado mucho para que Keaton tuviera los modelos de locomotora que exigía para rodar, ya que las locomotoras reales en las que pensaron en un principio, estaban alojadas en sendos museos y no se podían tocar. Estaban detrás los excombatientes, para que no utilizasen para el cine.
No sé si tenían razón, pero rodando, una de las locomotoras sufrió un accidente y quemaron un poquiiii.....iiiito de bosque.
Por otro lado es muy encomiable que Buster Keaton rodara todas las escenas de acción sin especialestas, ya que hoy eso sería imposible por contrato.
La planificación de la película fue minuciosa, de hecho la duración de la grabación de las películas de Buster Keaton era de alrrededor de dos meses, pero esta, duró casi cuatro. Por poner un ejemplo, las locomotorea que encargaron, tenían que ser identicas que las usadas en la época de la guerra, no en vano, Keaton era un aficionado del ferrocarril.



Lo peor, es que Buster Keaton quería ser tan fiel a la realidad, que se gastó más de un millón y medio de dólares, que de aquella época era una auténtica millonada, en que el tren cayese al río. Lo que ocurre, para entender bien la inversión titánica que suponía gastarse ese milloncejo y medio, es que los medios técnicos de la época necesitaban una precisón milimétrica, y lo peor, ... Toma única. Fijaos, que los extras alrrededor no estaban avisados y se quedaron flipados. La locomotora, se quedó allí, no la quitaron. La quitó el gobierno, para hacer chatarra militar en la segunda guerra mundial.
El claro desenlace fue que ningún estudio le permitió hacer nunca más estas excentricidades y su carrera cayo en picado. Descubrió el lado amargo de Hollywood. 


P.D: Para entender mejor este post. Os recomendaría ir a los enlaces en medio de él, porque añade información de Keaton en referencia a otras películas en que participó. Es muy reveladora, para entender en su totalidad la vida de este genio.


Aquí podréis ver la película de forma gratuita.




miércoles, 23 de marzo de 2011

SE NOS VA EL MITO DORADO



Con ella se esfuma aquel hollywood de oropel. Hoy ha dado el último suspiro la diosa del Nilo, aquella que con su vida había seducido al mundo entero. Hoy es día de luto para cinéfilos.

DESCANSE EN PAZ

domingo, 20 de marzo de 2011

TIBURÓN (Jaws)


Tiburón es la película que nos descubrió de nuevo a los escualos para repoblar nuestra franja de mounstruos míticos, esos indeseables amigos que preferimos tener encerrados bajo llave y tres candados. El más terrorífico de los animales del mar se posó como proyecto en la manos de Steven Spielberg, y por suerte no las dejó hasta que la película fue un hecho, en varias ocasiones, y no pocas, el proyecto se había visto amenazado por los problemas que acarreaba  grabar en el már. Más que nada, porque Jacques Custeau no tenía que que grabar con una enorme maqueta en el mar, porque no tenía que mantener actores en el mar esperando simplemente a que esa embarcación o velero que se ve allá en el horizonte no salga dentro del plano. Cuando empezaba lo bueno de verdad se hacía de noche y a otra cosa mariposa.
Todos estos problemas fueron subsanados por un joven de 28 años, era los que tenía Steven Spielberg cuando rodó Tiburón. Universal pictures había depositado mucha confianza en él, era uno de sus jóvenes talentos. Había empezado en la televisión, le habían dado la oportunidad de grabar una película modesta para emitir en prime time. Se trataba de “Duel” (El diablo sobre ruedas). En ella Spielberg derrochó talento por los cuatro costados, incluso hoy en día, la vuelvo a ver, y aunque… la recuerdo de memoria, me vuelve a turbar, es impresionante para tratarse de un producto televisivo. 



Esto es lo mismo que debieron pensar los ejecutivos de la Universal para poner en manos de un principiante el presupuesto de Tiburón. Spielberg, ya con mucha visión comercial, puso una condición ineludible. La premisa es que el tiburón no apareciese hasta bien entrada la segunda parte de la película. No era tonto spielberg, no, sabía que en cuanto apareciese el tiburón eso se iba a convertir en una escopeta de feria. En esto se puede ver un atisbo de influencia hictchockiniana, tanto en cuanto prima más lo que se sugiere que lo que se muestra en realidad. El terror se hace más real cuando no lo ves venir y repentinamente te lo encuantras cara a cara.
En cuanto hace acto de presencia el tiburón, hay la famosa frase de “Necesitaremos una barca más grande”, cuando el jefe de policía ve por primera vez al gran tiburón queda asustado, pero hoy en día si que se distingue la maqueta. Después esto se convierte en una persecuación barriobajera del animal por parte de un bióligo idealista que puede poner en peligro a la tripulación por su interés exacerbado, un loco lobo de már obsesionado por los tiburones, algo así como el capitán Ahab y la ballena Moby Dick. El jefe de Policía se ve envuelto en esta loca aventura, arrestado por los otros dos.



Y es que la animadversión de estos dos personajes era producto de una animadversión personal entre los dos actores, con dos formas distintas de enfrentares al papel, pero en conjunto el resultado es magnífico, porque el odio que se ve en pantalla es real, y lo mejor es que es fundado. Robert Shaw, era uno de esos actores de renombre inglés, pero sin mucho nombre en Hollywood, con lo cual representaba la alternativa idónea para representar al capitán Quint. 



Fue uno de los grandes baluartes de la producción, incluso fue partícipe activo del guión. No sé si os acordáis, pero en una escena están discutiendo por quién tiene la cicatriz más grande y en esta, el capitán Quint, suelta una historia que por otra parte era verídica, la del “U.S.S INDIANAPOLIS”, un barco que naufragó y fue pasto de los tiburones. Esta historia fue difícil de encagar por el escritor de la novela, Peter Benchley y el guionista John Millius, que no daban encontrado el punto adecuado de unión, pero a veces, los actores en su fase de creación del personaje tienen estas luces de dar con el tono justo que se necesita. Al día siguiente, aparece Robert Shaw con unas líneas escritas por el mismo en las que convence a todos por igual. La irresponsable jactancia del viejo lobo de mar aderezada con una chulería le que se sabe ganador de mil batallas, iba a ser los elementos esenciales del personaje. No en vano es lo que se necesita, en una situación de histeria creada aposta por Spielberg, hace falta un hombre de ideas claras y decidida capacidad de resolución. Este iba a ser el capitán Quint. Por otra parte, en una situación de pánico, siempre alguien que muestra estas actitudes y mucha verborrea sale erigido como líder (Véase Adolf Hitler).

AQUÍ PODRÁN ILUSTRAROS DEL USS INDIANÁPOLIS


El otro de la terna, Richard Dreyfuss, el biólogo. Es más racional, impulsivo, condescendiente…pero, como bien dice la frase, nuestro corazón está donde está nuestro tesoro. Su tesoro era el tiburón. A su modo, también era un trofeo de pesca. Al final todo parece que la caza del tiburón se convierte en una persecución donde cada uno tira por su lado y eso se convierte en río revuelto donde la ganancia es para el pescador, osea, el tiburón.
Ahora viene esa parte que tanto me gusta, es la que en el cine, un defecto provoca una obra de arte. Esas escenas que mantenían al tiburón debajo del agua, donde solo se enfocaban desde el fondo las piernas de los bañistas, más que el fruto del genio fueron producto de la imaginación ante un problema. El problema que subyace es que la primera maqueta de tiburón que tenía lista Spielberg, se fue al fondo, con lo que se las tenía que arreglar para continuar la película con tiburón. Gracias a Dios, esas escenas hoy en día forman parte del subconsciente icónico del cine.
Y es que esta presentación produce en nuestras cabezas un criterio deformado, intuitivo e inducido del tiburón. Con lo cual, cuando aparece nos aterroriza más.



Spielberg tiene un giño con su película de más éxito hasta el momento, “El diablo sobre ruedas”, es cuando explota el escualo y se va sumergiendo poco a poco en las aguas del mar. EL sonido de la mole cayendo a las profundidades es el mismo sonido que produce el camión de “El diablo sobre ruedas”, pasado eso sí por un filtro de sonido que simula el agua. Os podéis fijar si tenéis las dos películas para comparar.
A partir de esta película Hollywood se tomó más enserio la temporada estival para colocar sus mejores películas, es una tontería pero en los años sucesivos se notó una bajada de afluencia a las playas. La gente veía tiburones en todos partes.



Dice la historia, cuenta la leyenda que cuando John Williams vio la película a la que tenía que poner la banda sonora, se negó, porque pensaba que no tenía capacidad, entonces Spilberg le contestó que todos los compositores buenos habían muerto.
Bromas a parte, la banda sonora es una maravilla, quien no se mea de miedo al escuchar: Tam, tam… Tam, tam… Tam, tam, tam, tam, tam, tam, tam, tam, … Tirurííííííííííí´…

sábado, 12 de marzo de 2011

ANTES DEL AMANECER (Before sunrise)




Mirad, esta película para mí tiene una aura especial, quizás sea una de las películas más románticas y verdaderas que he visto. Yo no digo que sea una obra maestra del cine, que no lo es, pero a partir de ahí nace una sinfonía que nos atrae, incluso al final yo me preguntaba si podría estar enamorado. Yo, osea yo, que soy para quien me conozca una de las personas más desapegadas de sentimientos afectivos. Bueno, aun así pensé en lo romántico que podría haber sido vivir una historia como esta. ¿Puede parecer forzada?, sí , pero no hasta el punto de parecer inverosímil o hasta el punto que digas – no, eso no puede pasarme a mí.
Vereis, voy a tratar de explicar la situación. Chico joven viaja por Europa, tratando de olvidar. Mientras se deja seducir por las ciudades, el ambiente y la cultura europea, pero ya tiene que regresar a Estados Unidos, es su último día de estancia en Europa. Justo en ese momento, en el tren Butapest - Paris, se encuentra con una chica joven, estudiante francesa que comienza a conversar con el por un acontecimiento fortuito. Después de hablar de lo mundano y lo divino, el tren llega a Viena y el mozalbete se tiene que apear. Este en honor al buen rato que han compartido le hace una loco proposición. Le dice si puede bajarse con él, compartir estas últimas 24 horas y retomar su viaje a París al día siguiente. Hasta ahí puedo leer. El resto tendrás que averiguarlo tú. Tampoco tiene más trama,… y ese es el misterio, lo exotérico y alucinante de esta película. El tema es bien simple, el amor entre dos jóvenes que se conocen una noche y viven esa noche como si fuera el último suspiro de sus vidas. La trama se acabó y no hay nada más. Pero imaginaréis que para que se hiciera con el oso de oro en el festival de cine de Berlín al mejor director, inevitablemente tendrá que tener algo más.



Claro que tiene más, pero es ya algo que entra en el terreno especulativo de cada uno. Pensareis que estoy dando largas pero es que…  es como lo siento. La película contiene para el que no esté acostumbrado a una relación de jóvenes madura, un cierto tufillo a gafapasta (entiéndase jóvenes maduros por aquellos que no son modelo del Hollywood superficial, American pie, La chica de al lado y otro puñado de comedias juveniles para adolescentes que consumen e imitan dicho modelo) o el cliché de que si la relación es entre dos intelectuales tiene que ser más culturilla que romántica. Es verdad, puede pasar eso, pero cuando uno se deja de tópicos y busca la desnudez del otro es cuando afloran las conversaciones profundas y las verdaderas relaciones. También es verdad que es muy difícil que nosotros nos bajásemos de ese tren en Viena con un desconocido, por muy bien que nos caiga. Pero… a que da ganas, cuanto me apostáis a que si somos unos estudiantes becados que viajamos por Europa viviendo la vida “Bohemè” y disponemos de tiempo, no estaríamos dispuestos a arriesgarnos a vivir una aventura. No me digáis que no, que poca gente se cree que se estudie en el extranjero con una beca Erasmus.



¿Qué harías tú si la dicha o la fortuna te pusiera el amor de tu vida y sólo tuvieses un día para disfrutar de él? Pues no sé lo que haría la verdad. Lo que si estoy seguro es que no tendría la sangre fía y lloraría como un niño. Estoy por afirmar que eso es precisamente lo que le ocurrió a Richard Linklater, el director de la cinta. Esta es una película que se basa en experiencias personales y eso ayuda a comprender la complejidad y la grandeza de sus diálogos, tan orgánicos y naturales que de hecho para una pareja de jóvenes de un nivel de formación adecuado puede ser terroríficamente creíble. Este director cuenta como en una noche había conocido el que para él era el amor de su vida, caminó toda la noche con ella por las calles… y cuenta que el saber que no se iban a volver a ver, les daba confianza para hablar y hacer confidencias personales, como a modo de terapeuta uno del otro. Bueno en la película los dos se enamoran, en la vida del director, no sé si las cosas sucedieron así o es que lo cuanta así a toro pasado. En cualquier caso, me gusta la idea de que no haya salido de ninguna novela o comic o alguna producción de los estudios anterior. Además está basada en hechos que ocurrieron con gente normal en un sitio normal y sin estrellitas ni corazoncitos.
El trabajo actoral de Ethan Hawke (Jesse) y de Julie Delpy (Céline) es extraordinario, rayando la excelencia. Parece que no, que todo es simple, todo fluye y todo es natural. Precisamente estas son unas premisas que deberían imponer como criterio principal en las escuelas y esta película como ejemplo. Su interpretación es tan orgánica que parece que están improvisando cuando en realidad todo estaba medido por guión, y os aseguro que los planos secuencia eran muy largos, con lo que no resulta fácil mantener el tipo, sobre todo en cine. Es tal el feeling interpretativo que logran mimetizarse con el personaje, incluso se nota como piensan y se conocen a sí mismos a través del otro. Es impresionante. En estas cosas es donde se empieza a disfrutar esta película. ¡Ojo!, la escena de la llamada es de lo mejor que he visto en guiones.



El guión es impresionante, con una artesanía que hila fino, pues es muy fácil a estos niveles caer en la cursilería, en el discurso ñoño, con frases hechas y pomposas, todo aderezado de una mojigatería romanticona de tres pares, pero no, es todo lo contrario. Precisamente la búsqueda de los personajes es muy equilibrada pues la personalidad de uno es el contrapunto del otro. El, joven americano un poco escéptico y cínico, en cambio ella es una soñadora empedernida.
Las estrellas, o el destino tienen su cierta significación  en esta cinta, como dice muy bien la pitonisa que consultan en Viena los personajes, les enseña que todos somos polvo de estrellas, posibilitando que todo entre ellos pueda ocurrir. Los personajes secundarios, actúan poco pero su presencia es crucial. Es algo que me ha hecho reflexionar con esta película, y es que tiene una extraña virtud, cuando la ves el criterio es subjetivo, incluso no niego que dependiendo de los ojos que la miren puede hasta llegar a aburrir, ahora bien, incluso a esta persona que pueda aburrir en medio de proyección, al término de la película tiene una rara sensación de cambio, de haber asistido a algo especial que lo marcará a la hora de afrontar ciertas situaciones. Como digo, es una película imprescindible, no tanto por su valor cinéfilo como sentimental. Pero os digo que es buena película y deja el pabellón del cine romántico bien alto, que en estos últimos tiempos está flojeando de manera espantosa.



Yo no os voy a mentir cuando pienso que esta película puede ser un hito romántico, pensaréis que exagero, pero si os digo la verdad, creo que no, que en el fondo es una oda al romanticismo más visceral, una obra que nos puede marcar mientras nosotros estamos a nuestras prosaicas rutinas, sin más anhelo que imaginar esos mundos. La verdad es que no vi el amor entre dos personas, si no la esencia misma del amor pulular por esas dos miradas. He visto como esas miradas juntas esperaban un nuevo amanecer sin más esperanza que otra hora de sombra pues los rayos del sol anunciaban la muerte, el adiós.


miércoles, 2 de marzo de 2011

EL ARTE DEL CINE



Antes de hablar del cine como arte, voy a describir un poco, como se produce el cine, por si luego tengo que hacer una alusión técnica a esto en referencia a cualquier tema técnico.
El cine se inventó por casualidad, unos estudios oculares sobre Persistencia retiniana, es decir,  el tiempo que tarda el cerebro en terminar la información que recibe del ojo. Este defecto ocular lo aprovecharemos para encadenar la fotografía televisiva pero tiene que ser de 24fts/seg. en el cine y 25fts en TV, porque si es de menos de 16fts el espectador ve lo negro entre fotograma y fotograma. El ojo humano no ve lo negro a 48 fts/ seg. El cine se graba a 24 fts/seg pero se emite a 48fts/seg.

  El cine es quizás el medio de comunicación más poderoso que ha dado el arte, por sus posibilidades y alcance. Puede reducir el arte a la mínima expresión elemental o por la contra, exagerarlo hasta niveles insospechados. Me explico, a la hora de contar una historia puede hacer más presión en el trazo del minimalismo, de contar la realidad tal y como es o dejar pinceladas sugerentes, con infinidad de connotaciones que se irán deshilachando poco a poco en el transcurso de la misma. Por poner un ejemplo, podemos apreciar que en una novela hay tada clase de detalles que necesitamos para formarnos una imagen, o no, podemos decir cosas y sugerir otras, con lo que se maneja muchísima información. El cine no puede por soporte y formato permitirse semejante cantidad de información. Coge todo lo heredado de la literatura, lo pasa por una batidora y elabora una síntesis que expone los puntos más importantes.
Aunque se reduzca, no pierde expresividad ya que como dice la frase famosa, “Una imagen vale más que mil palabras”, otra cosa es la ambientación o la puesta en escena, que en el libro puedes dar a entender muchas cosas y dejar llevarte por la imaginación, pero en el cine, todo tiene que ser gráfico y especificado. Un ejemplo claro,” La densa neblina que asomaba por la copa de los árboles me transportaba  a un mundo imaginario, producto de la reminiscencia juvenil, cuando contábamos aquellas historias de perdernos en medio de un bosque oscuro“ Todo esto tienes que ponerlo en el cine, tienes que contratar a un equipo de localización que busquen alguna localización que coincida con las características que quieres poner de relieve,… y si no se consigue, fabricar la neblina de cualquier manera, o la lluvia con una manguera, o cualquier otro método. Pero también tiene su ventaja, porque con una imagen se avanzan cuatro páginas de un golpe, esa es la fuerza expresiva de la imagen.


Existe en todo esto una mayoría de matices y riqueza más elevada que en la novela, quizás la degustemos menos por lo rápida y efímera que resulta la condensación de acontecimientos. Una vez narrada la fuerza y posibilidad narrativa, hablaré un poco de los métodos y prácticas para lograrlo.
Digamos que el cine tiene una sintaxis y ordenación de elementos propios. Las cosas en el cine no tienen porque ser sujeto, verbo y complementos. Lo que quiero decir es que el ritmo no tiene porque ser lineal para su total comprensión. En la lengua española, puedes empezar con los complementos antes que el sujeto y el verbo, pero resulta chirriante a los oídos, por ejemplo “Por la mañana huevos fritos ayer yo comer ”sí, la entendemos, pero no suena bien. En el cine eso no cuenta, como ya he dicho, su sintaxis es propia. Puedes empezar por el final, meter una historia dentro de otra, coger varias historias inconexas y juntarlas al final. Es el caso de películas como “Reservoir dogs” “Atraci perfecto”, “Babel”, “Blade runner”, “Ciudadano Kane”, etc… Estos recursos son llamados Elipsis, flashback y flashforward. La elpsis porque tiende a una estructura circular donde la historia tiende a terminar donde comienza, más o menos. EL flashback, es un fogonazo hacia atrás, se traduciría asi, se usa para hacer referencia a episodios pasados de la vida o sueños. El flashforward, es como un fogonazo para adelante, muy recurrido en la ciencia ficción, o en la imaginación de algún protagonista que otea el futuro. Más bien se refiere a lo que está delante o lo que ha de venir.


Es necesario también hacer una precisión en los tempos y las partes que se usan para contar una historia en el cine. En primer lugar tenemos lo que vamos a denominar Toma, que es la captación de imagen desde que se enciende la cámara hasta que se apaga. En la posterior Edición se trocean esas tomas en trozos más pequeños. El plano es un segmento que tiene continuidad dentro de la toma, en realidad, muchas veces puede coincidir con la toma. El plano secuencia, es aquel plano en el que sin cortes se respeta el tiempo, sin cortes, y con seguimiento del espacio, además tiene que tener sentido dramático completo, para mí, el mejor plano secuencia de la historia es el de “Sed de mal” de Orson Welles, no tiene desperdicio, justo coincide con los títulos iniciares.
Una vez que podemos marcar el tempo o la localización temporal y espacial de la historia vamos a centrarnos en el como y para eso, vamos a usar una pequeña amiga como es la cámara. La cámara es el cincel del director, con ella va dando forma a la película que quiere, dando cinceladas más sutiles o más recargadas. Resumiendo el gran pozo de las cámaras para este artículo, porque si no no acabamos jamás, empezaré mencionando la característica del movimiento y la estabilidad.
En los albores del cine, las cámaras eran fijas e inamovibles a la hora de rodar, con lo que la limitación técnica también constituía una limitación narrativa y que en ese momento la gente no era consciente. Había en cambio para las películas cómicas una ventaja añadida en esta rudeza técnica, y es que precipitaba mucho las acciones. Como ya he explicado al principio, el cine consta de 24 fotogramas por segundo, pero en aquella época eran menos, y por lo tanto quedaban unos huecos prácticamente inapreciables para el ojo humano, que no sabía por qué extraña magia, aquellas escenas eran para mondarse de risa, por ejemplo las películas de Charles Chaplin, Harold Lloyd, Buster Keaton, Oliver y Hardy, Fatty,… y muchos otros más, hasta en su forma de moverse parecían patéticos y desgarbados, las luchas cómicas eran trepidantes y las acrobacias parecían más rápidas de lo que eran en realidad. Un ejemplo claro es cuando tiraban a uno o caía al suelo, en menos de lo que canta un gallo, sin más fotogramas de por medio, desde la postura horizontal, se vé en el suelo con una sensación de golpazo tremenda.


Tan pronto como las cámaras pudieron girar sobre su propio eje, apareció la panorámica, como plano, muy típico de las películas de Western y que ahora se utiliza indistinta e indiscriminadamente. Cuando este movimiento es rápido y no sirve para describir algo, se le llama barrido. Se utiliza para movimientos rápidos o cambiar rápido de encuadre cuando se ponen dos personajes y hay que ir de un lado a otro, o cuando está una chica atada a las vías del tren y hay que ir rápido hacia el tren para ubicarlo y cerciorarse de las posibilidades que tiene de escapar.


Cuando la cámara tiene la posibilidad de moverse, aunque tan sólo sea por raíles, aparece el Travelling, que sirve para seguir a los sujetos en determinada dirección, eso permite un mayor dinamismo e interacción para el espectador. Con las lentes nace el Paning, o travelling óptico, que es otro tipo de travelling pero usando la lente para alejarse o acercarse al sujeto, un ejemplo famoso es la caída por las escaleras de Martin Balsam en “Psicosis” de Afred Hitchock. Para que sea realmente travelling tiene que mantenerse la distancia focal.

  travelling

Según el punto de vista se pueden distinguir varios tipos de plano, si yo pongo la cámara con una angulación picada, estaría mirando hacia abajo, con lo que consigo que el sujeto en quién quiero centrar la acción se empequeñece ante el espectador, da pena, o lo que queráis, pero el espectador siempre está un plano por encima. Esto es lo que se denomina plano picado, un caso perceptible en nuestro cine es el del Quijote de RTVE que protagonizaron Fernando Rey y Alfredo Landa, cuando se les ve avanzar por ese inmenso e interminable campo amarillo. El plano contrapicado, es aquel que se pica la cámara hacia arriba y engrandece al sujeto y empequeñece al espectador, el caso más famoso es el de “Ciudadano Kane”, en el que Orson Welles ordenó sacar suelo del estudio para colocar la cámara en un plano cuasi subterráneo. Dentro de la angulación también podemos mentar el plano cenital, que coloca la cámara justo perpendicular hacia el suelo, el efecto es que el espectador está mirando desde el techo y tiene un carácter detectivesco o disquisitivo, o descriptivo. Un ejemplo claro es el de las últimas escenas de “Taxi driver” de Martin Scorsese. Lo contrario sería el plano Nadir, que es muy raro, se usa en documentales más bien.

 El plano picado



El plano contrapicado



El plano cenital



 El plano Nadir

 Cuando existe una angulación transversal o lateral, se produce un Plano aberrante, hecho así a propósito para dar una ligera sensación de desasosiego. Las cosas no permanecen en su orden natural. O también se usa con lentes de gran angular que distorsionen las líneas.

El plano aberrante

También tenemos los planos que se pueden clasificar por su punto de vista o descriptivos o nivel de detalle. Para empezar tenemos el plano subjetivo, que se refiere a que la cámara adopta la posición humana y parecemos el acompañante del que habla o hace la acción. Otro es el primer plano, que suele ser descriptivo y nos ofrece información del sujete. Por último tenemos el plano detalle, que nos ofrece más información incluso. Famosos son los planos de los westen de Sergio Leone, donde los planos detalles de los ojos eran verdaderos torrentes de información.

 El primer plano - Pobre hombre



El plano detalle

 Con las características de las cámaras actuales se pueden hacer planos secuencia en todo los sentidos posibles aunando paning, zooming, traveling, picados, contrapicados, cenitales, etc… Porque para muchas tomas, ya van robotizados. Uno de los ejemplos más claro es la secuencia inicial de presentación de “El señor de los anillos – La comunidad del anillo” el recorrido que hace en el combate entre la Tierra Media y las hostes de Mordor. Basicamente, también todas las escenas de efectos visuales y especiales de la saga “Star Wars”.