sábado, 28 de agosto de 2010

EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO



Pese a que Pier Paolo Pasolini, el director de la cinta, se declara ateo, reinvindica la figura de Jesús de Nazaret como modelo de hombre, de vida sincera y entregada que trascendía lo ordinario y lo estrictamente humano. Para el fue una figura inspiradora. Confiesa que lo turbó. Se leyó el evangelio según san Mateo, preparando una visita del Papa, y comprendió la necesidad de hacer algo con todo eso.
Después hizo un viaje por lo lugares santos, Nazaret, Jerusalén, el río Jordán, el monte Tabor, el lago de Genesaret, en fin, distintos sitios de un itinerario hecho por otro hombre hace ya más de dos mil años. Si hoy me preguntan por esta ida de olla de Pier Paolo, pues no sé muy bien que contestar, pues es increíble que quisiese hacer una película de este corte, para más cuando fue censurado, juzgado y condenado por un corto que dirigió en el que aparecía el gran Orson Welles y que también estaba relacionado con los orígenes del cristianismo. El título del corto era “La ricotta”.
Pese a todo El evangelio según san Mateo tuvo gran aceptación con lo que una por otra. Y no me estraña que tuviese tanta aceptación, porque es si cabe la representación más neorrealista de la figura de Jesús, con eso no digo que sea acertada, pero al menos nos presenta una figura del Jesús histórico desde una sencillez y una carestía de medios que podría comulgar completamente con la época y el movimiento del cine italiano.


Le conmovió la sencillez del texto evangélico, y su carácter rebelde, su carácter provocativo y transgresor, igual hoy en día, si estamos un poco pez en la lectura de la Biblia, no nos dirá nada esto, pero si es importante para el propósito del que quiero hablaros, pues es bien conocida la condición homosexual y marxista del director. Entonces no se hace difícil leer entre líneas. Para Pier Paolo Pasolini, fue un encuentro muy fuerte el que tuvo con Jesús. Aunque no profese la misma fe, si que se percató de la libertad que traía Jesús consigo, ese testimonio de autenticidad, sin esconderse de los demás por todo aquello que es o quiere ser, conquistó a Pasolini. Por eso creo que fue lo que intentó plasmar en la película.
Su idea, la sencillez y la inmediatez de los personajes del texto. La manera de obrar fue la siguiente: Preocupado por el presupuesto, pues no era muy abultado, y no podía arriesgar más en ese tipo de temas, porque los estudios sabían que ya había tenido problemas con la iglesia, cambia de idea y usa unas localizaciones en Italia semejantes a las de tierra santa. Al final no pudo usar nada del viaje a los santos lugares para la película, pero hizo un documental “Localizaciones en Palestina para el evanglio según San Mateo”.
La siguiente idea fue buscar a su madre, para ser fiel al movimiento, y en verdad para él representaba a la perfección de la figura materna de la Virgen María. Con lo que contrató a su madre para que hiciese de madre de todos los hombres.


Pero faltaba la pieza más importante, Jesús de Nazaret. Pier Paolo, estaba meditando contratar a un actor alemán, cosa que iría en contra del neorrealismo, pero también comprendía que encarnar el papel de Jesús, requería de una cierta presencia como actor y una solvencia capaz, en la que no confiaba que le aportaría personas ajenas al mundillo, que la mayor responsabilidad que ha tenido en una producción ha sido una figuración con frase. Aunque las cosas parecían tener mala pinta, porque es un despropósito y una incoherencia que en la producción de un filme neorrealista, el personaje que tendría que mostrar mayor honestidad, para mas INRI, justamente Jesús de Nazaret, fuese un actor profesional.
Una vez más se alineó la providencia, y se encontró con un estudiante español, un tal Enrique Irazoqui, que aceptó la proposición de encarnar a Jesús. Pasolini supo en cuanto le hechó el ojo, que ese debía ser su actor.
Se encontró también con problemas para los papeles de los fariseos ya que la gente consideraba que representar tal papel era denigrante, incluso ofensivo. Todo esto se entiende y se enmarca en un grupo de gente ajena a la interpretación, que no goza ni da valor al hecho de representar a personajes que de buenas a primeras no son un manojo de virtudes.
Este Jesús que presenta Pasolini, no es consciente de su propia divinidad, ni de su trágica muerte. Tampoco se siente el salvador de los hombres. El Jesús que presenta Pasolini, es un personje más rupestre, y la visión que nos ofrece de él, es limitada, como la que pudieron tener los apóstoles después de la cruz. Y es que esa imagen de Jesús mitificado como en Hollywood solían pintarlo (“La historia más grande jamás contada”) dejaba escapar otros matices que brillan con luz propia en la versión del director italiano, pues era poeta y este era su tercer largo, el rodaje fue a salto de caballo, medio improvisado, y hasta mejor que así fuera porque deja imperfecciones que embellecen el resultado final. Hay errores de raccord, desenfoques, desencuadres. Incluso nos ha dejado un Jesús que puede balbucear, no es que a mi me guste un Jesús con imperfecciones, pero no creo que hacer un ídolo perfecto sea un idea mejor para representar a un personaje que buscaba todo lo contrario, acogía de mejor grado a aquellos más necesitados, no los concebía como defectuosos.
Una de las cosas que más impresionan con esta cinta es como se pueden decir tantas cosas con las mínimas expresiones, a mí es algo que me gusta muchísimo, porque busco lo orgánico de las interpretaciones.


PIER PAOLO PASOLINI

sábado, 21 de agosto de 2010

ROSEMARY´S BABE



Quizás, con esta cinta se Desquebrajaron algunos sistemas de clasificación y géneros en la meca del cine, pues un joven judio polaco de ascendencia Francesa, es decir, Roman Polanski, había hecho una maravilla de película que no se sabía colocar bien, no se sabía si era de terror, de intriga, un thriller psicológico, o lo que más tarde el mundo se acostumbró a acuñar como terror psicológico.
Fue una forma muy audaz de rodar, pues en todo momento tenías una sensación agobiante y una atmósfera que no dejaba siquiera sitio al respiro. Te sentías como atrapado pero no sabías de qué. Toda la película adopta una postura de proposición, de insinuar pero sin mostrar nada.
El primer esbozo, no había sido idea de Polanski, pues Polanski aún no había llegado a los estados unidos, se trata de la idea de un productor, que llevó a manos de Robert Evans (personaje donde los halla, otro día os hablo de él), eran apenas unas páginas que ilustraban lo que podía ser la adaptación al cine de la novela homónima de Ira Levin.
Robert Evans, por muchas razones, quería darle el proyecto a un director más experimentado, he ahí a todo un joven prodigio, que venía de rodar dos éxitos internacionales, “Repulsión” y “Callejón sin salida”.
Polanski leyó la novela y comenzó a escribir el guión, Robert Evans ya llevaba algún tiempo con el proyecto y había contratado como diseñador de producción a un tal Richard Sylbert, uno de los genios con más tirón en aquella época, encargado de títulos maravillosos como “Trampa22”, “El graduado”, “Chinatown”, “Shampoo”, “Atrapado por su pasado”, “¿Quién teme a Virginia Wolfe?”, “Esplendor en la hierba”, “Rojos” y muchas más. Todo lo que hizo lo hizo muy bien. Era una pieza importante de la producción, Evans lo sabía, sabía que podría plasmar todo aquello que la mente de Polanski puediese elucubrar.
Evans, pese a otras facetas de su vida, era un genio como productor, bueno, o no sé, un aguililla con buen ojo para sus intereses. Creo que al final Evans trabajó en este proyecto no menos de dos años y medio. La verdad es que iba dando de clavo en clavo, porque Mia Farrow, también fue una sugestión del productor a Polanski. No sé que le había visto a esta actriz, que por aquel entonces no era nada conocida, precisamente se dio a conocer con este trabajo, y posteriormente iniciaría una relación afectiva con Woody Allen. Quizás parecía débil, como apagada y un poco pusilánime. A la postre fue algo esencial para encarnar el papel de Rose Mary. En realidad tenía que ser así, decía Evans, La cinta cuando comienza, pretende ser otra película como las de Doris Day y Rock Hudson.



Existe en este sentido una anécdota muy célebre de esta película en la que Roman Polanski, para asegurarse de la tensión, y la incomprensión de la protagonista cuando llama por teléfono al médico, al altavoz le sale una voz muy conocida para ella que no logra descifrar, nosotros no lo sabemos porque no escuchamos la versión sin doblar, pero esa cara de extrañeza a Polanski le sirvió el invento de poner al otro lado del hilo telefónico a Toni Curtis, gran amigo de la actriz. Lo que para nosotros es una cara de extrañeza por encontrar un ambiente turbio en el que el médico también podía ser un siervo de Satanás, para ella era otra cosa. Da igual, Polanski ya tenía la atmósfera y la escena rodada.
Otra anécdota, pero esta a modo testimonial, es que para la publicidad, se intentó cortar el pelo de Mia Farrow, con esa obsesión de mostrarla más pusilánime. La verdad es que ella era hippie, para nada era esa mosquita muerta que todo el mundo se piensa, y no le gustaba nada que le cortasen esa melena que a ella le gustaba tanto. Al final la convenciaeron, y ni más ni menos que se lo cortó en persona Vidal Sassoon.
La opción de John Cassavetes, surgió de inmediato, para hacer de marido de Rose Mary, pues tenía que representar al típico actor de teatro neoyorquino, y Cassavetes comenzó así su carrera, para él supuso como una autoparodia, pero como artísta comprendió la envergadura del film y de la producción, con lo que aceptó de buen grado el papel.
Ruth Gordon ganó el Oscar por mejor actriz secuandaria en el papel de diabólica vecina de la pareja, la verdad es que su presencia y su mirada inquietante siempre me ponen los pelos de punta.
Polanski supo rodearse de buenos profesionales, entre ellos destacar la admirable aportación de Krzysztof Komeda como compositor, y es que esa nana diabólica a nadie se le quita de la cabeza, sobre todo después de la última escena. Sólo compuso esta película en Hollywood, pues moriría poco tiempo después. Fue toda una desgracia para Polanski, el pobre no sabía aún la que se le venía encima.



No sé si es por la negra tradicción de que todas las películas de terror tienen que tener su leyenda maldita, como si el diablo estuviese detrás de todo, como pudo pasar en el Resplandor, en la Profecía, o como se demuestra en esta película. La verdad es que no me van estas cosas, pero yo simplemento os dejo los datos para que los tengais en cuenta, y... hay datos para alimentar la leyenda. Alrrededor de la vida de Ponlanski,  se producen hechos fatídicos, pues pierde a su compositor, al primer mes de empezar. Además era uno de los compositores que más prometía. El edificio donde se rueda es el mismo en el que asesinaron a John Lennon. después de acabar la película se produce la matanza famosa de Charles Manson, donde muere asesinada su mujer Shanon Tate, embarazada de su hijo. Todo el mundo mostró empatía por él, pero más tarde lo acusaron de Pedrastia y temiendo ir a la cárcel, Roman Polanski hulló de suelo americano, y hoy en día no puede tocarlo, incluso tiene ciertos problemas con paises que tienen tratado de extradición con los Estados Unidos. Un hecho significativo, ocurrió cuando ganó el Oscar por "El pianista", en 2003, pero pese a todo no pudo ir a recogerlo, se lo llevó en mano su gran amigo Harrison Ford a Praga.
¿Os acordais del post de Candilejas, cuando os dije que a Chaplin le dejaron 24 horas para recoger el Oscar que había ganado? Pues bien, a Polanski, le denegaron hasta esto.
Bueno, había algún profesional que en la traducción del título quedó descansado, porque el título original era “Rosemary´s baby”, y en España “La semilla del diablo” fastidiándonos el desenlace final. Hay algunos que perdieron los dos dedos de frente.

El éxito de la película lo resumiría Robert Evans en una frase:

“No ves nada… te produce tanto terror como el propio infierno”.


jueves, 12 de agosto de 2010

EL AÑO QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE



Se trata de una cinta filmada por Peter Weir del año 1983, basada en la novela de Christopher Koch, que también hizo las veces de guionista. Consiguió dar un ritmo y estilo narrativo fuera de lo normal, a pesar de los numerosos fallos de verosimilitud, y digo fallos de verosimilitud, porque como acuñó mucha gente, pretendía ser un relato pasional envuelto de un aura mítica, fantástica con resonancias épicas e históricas. A mí me parece bien, que quieran dar relevancia a la relación amorosa de esta diplomática y el periodista, pero no viene mal reforzar eso con una guarnición decente, porque... sí hay espacio para la crítica social, la marginación, la política; aunque claro, sin la versatilidad debida, cae todo por su propio peso.
Es muy difícil apreciar esto si no habéis visto la película, pero cuando la veáis, si lo tenéis en cuanta, seguro que lo captáis.
De todas formas me parece algo extraño este tipo de fallos en Weir, porque es un cineasta que gusta de exponer culturas y contrastes, es el director  de “La nueva ola” primera película que se adaptó al cine, antes que “La ola”, la película alemana que trinfó tanto en los cursos de filosofía del año pasado. Director también de “Único testigo” donde da a conocer a los Amish, “La costa de los mosquitos” donde pone a Harrison Ford de reaccionario anti-sistema, odia todo lo que América le lega y se aisla con la familia en una jungla amazónica. Director de “El club de los poetas muertos” donde expone una legendaria lucha de clases y de valores en contraposición de genraciones distintas, aunque herederos todos del legado de las escuelas de élite.con estos datos, por no poner toda su filmografía, se hace difícil buscar una explicación convincente. Tampoco era principiante con lo cual no se le puede achacar ciertos fallos de juventud e inexperiencia detrás de las cámaras.

Quizás estuviese pensando en su inminente entrada en Hollywood, además esta película tiene tirón, porque en ella participan estrellas emergentes como Sigourney Weaver que había participado en películas importantes como Annie Hall de Woody Allen y también en películas taquilleras como Alien, el octavo pasajero de Ridley Scott. Mel Gibson también se hacía paso con las entregas de Mad Max y Gallipoli. Además era una película que prometía porque se sabía que tenía mercado en oriente.
Aun con todo ello pienso que esta película es de los aciertos más grandes en la vida de Peter Weir, porque te da tanto, que no puedes negar su parte positiva. La forma narrativa que utiliza en la voz en off del fotógrafo amigo de Gibson, además está organizado de tal forma que va desgranando la historia como en una gran novela y contada de una forma que coge tintes de gran historia. Es lo que tiene que el novelista ponga su grano de arena en el guión. La forma de narrar me recuerda a Scorsese en muchas de sus obras como “Taxi driver”, “Uno de los nuestros”, “La edad de la inocencia”.
Es un film que fascina por los sentidos, por eso digo que a veces tampoco nos damos cuenta de las resonancias políticas ni historicas, con la música, que a mi no me acaba de convencer, a cargo de Maurice Jarre. Me gusta como compositor, pero en otro tipo de películas, así como en Betty Blue me encantó y trata de una tórrida historia de pasión. Aquí, no sé como explicarlo, pero no funciona, me parece la banda sonora de “Carros de Fuego”, pues aún así la primera vez que la ví no me cantó tanto, fue en otras revisitaciones donde me he preguntado, y esto, ¿Qué hace aquí?.


Una de las sorpresas de las que podremos deleitarnos, es de Linda Hunt, y su recreación del personaje de Kwan, el fotógrafo que le brinda su amistad a Gibson. Un personaje de gran corazón e inversamente proporcional a su altura, aunque la característica más personal del personaje, es que es interpretado por una actriz, y de manera magistral, aunque mostró controversia en la academia, Linda Hunt, se llevó el Oscar de calle al mejor actor secuandario.
En general el reparto, está a la altura, hasta Gibson, que en aquella época se tomaba esto más en serio. Sigourney Weaver está perfecta, se desliga en esta película de hacer personajes de corte másculino y nos engatusa con sus armas de mujer.
Es una película muy recomendable que nos habla de lo que se puede esperar del corazón humano en un medio como pudo ser un levantamiento militar en Yakarta, Indonesia.