jueves, 12 de noviembre de 2009

EL CREPUSCULO DE LOS DIOSES


La película empieza con un plano enfocando una alcantarilla y el cartel que se va viendo en el trávelig de la cámara es Sunset Boulevard. Hogar o retiro de las antiguas leyendas de Hollywood en los Ángeles. La escena va avanzando y se adentra en una propiedad con piscina, era una mansión tétrica, lúgubre, precisamente de un explendor o época dorada venido a menos. Precisamente esta es la sensación a la que quería llegar Billy Wilder y la que embarga toda la película como un envoltorio. En esa piscina vemos el cadaver flotando de una persona, que sería el narrador de la historia mediante un flashback genial. Con esto, Wilder arriesgó lo que no está escrito. Aunque parezca una tontería, ya sabes que el personaje va a morir, y por lo tanto el final perdería interés.
Me pasó la idea de escribir sobre esta película, cuado recordaba un detalle en un amigo un día, que decía que le aburría ver una película más de una vez. Luego le expuse el caso de Casablanca y esta cinta, por desgracia no había visto ninguna de las dos.

Quizás se uno de los inicios y finales más enigmáticos de la historia del cine. William Holden, excepcional como guionista sin un duro en el bolsillo, que un día por azar y escapando de unos acreedores topa con Norma Desmond (Gloria Swnson) una antigua diva del cine mudo pero que no aguantó el cambio al cine sonoro. Estos dos personajes viven una relación de dependencia. Ella le necesita porque es como un punto de ancla que le sujeta a la realidad, su mente va alejandose cada vez más y más hacia la demencia. Ella le propondrá que se quede a su lado con la excusa de escribir un guión con el que pudiese regresar al estrellato, se trataba de una adaptación de "salomé", el consiciente de que la señora no estaba en su sano juicio, no le gustaba la idea de permanecer allí, pero sus deudas obraron que no solo se quedase, sino que además, se aprovechase de la pobre mujer caida en desgracia.


El elenco de esta película se comformó casi por casualidad, ya que el personaje de guionista estaba preparado para Montgomery Clift en el que iba a ser su primer papel protagonista, pero el joven actor rehusó tres días antes aduciendo que no se quería ver envueto en una maraña de cotilleos. El había tenido una relación en Nueva York con una mujer mayor que él (Looby Colman) y no quería que su primera película importante, en la que iba a ser el protagonista, fuera la historia de un hombre mantenido por una mujer muy rica que le duplicaba la edad.
Lo que a la postre fue una sorpresa y un gran acierto fue la participación de Gloria Swanson, una estrella real del cine mudo. Era la cuarta en la lista de Wilder, pero visto los resultados, la providencia se alinió con el director. Impagable también es la participacion de Eric Von Stroheim, maestro del cine silente alemán y que además había dirigido anteriormente a Swanson. Eric, estaba completamente arruinado por aquel entonces. Acaso esa es la razón por la que este genial director aceptó participar en una cinta que retrata su propia desgracia y la de Swanson, o pensaban que Wilder tenía un proyecto de tremenda calidad que les podría hacer ganar el brillo perdido de otro tiempo.



De hecho, aunque Swanson fuera una estrella del cine mudo, en esta película cobró el mínimo salarial al igual que Stroheim. Fueron recomendados a wilder por George Cukor. Es curioso, pero Wilder había manejado una gran cantidad de nombres; Mae West, Pola Negri y Mary Pickford entre otras. Pero después de sugerencia de Cukor. Se iba convenciendo así mismo que era una idea genial la de utilizar una estrella real que había perdido su magia.
Stroheim aportó muchísimo a la película, y Wilder siempre declaró que fue un placer trabajar con él. Este le sugerió a Wilder varios cambios de guión, imagínense, mojarle la orega a Wilder con lo que consideraba más sagrado. Wilder siempre es recordado por la calidad en sus guiones, que eran mordazes y con trasfondo social, pero sobre todo, eran obras de arte. Pues Stroheim le hizo dos sugenrencias de las que Wilder usó una encantado, y era la posibilidad de que el mayordomo le escribiese a la estrella cartas haciendose pasar por algún fan que todavía no había olvidado a la dama del celuloide, alimentando así el ego de su querida Norma, a al cual amaba en silencio.


 Uno de los guiños que quiso dar Billy Wilder, fue la conexión que hay entre la película y la realidad. Por eso es tan importante la aportación de Cecil B. De Mille al actuar en esta película. La escena que protagoniza es quizás la que más me guste de la cinta junto con el inicio y el apoteósico final de las escaleras. De Mille se interpreta a sí mismo, y la crudeza de la escena está implicita porque el director no desea confesarle la verdadera razón por la que la había llamado los estudios Paramount. En realidad debía confesarle que solo querían su limusina para la realización de una película. Incurrimos en más crueldad cuando sabemos que De Mille había dirigido anteriormente a Gloria Swanson. Me parece una escena de una crueldad enorme, pero al mismo tiempo me parece una idea muy lúcida la que siembra Wilder aquí.
 
La película solamente consiguió tres oscars pero seguramente habría merecido más. Por una parte estaba la oposición de la industria que no quería airear sus trapos sucios o mostrarse de esa forma tan cruel ante el público como en esta película. Por otra banda, en el años que optaba a los oscars, 1951, tenía una competidora terrible, era “All about Eve”, (Eva al desnudo) de J. L. Mankiewicz.
La oposició de la industria quedó retratada en una anécdota que haría engrandecer la figura de WIlder, cuando ni más ni menos que Louis B. Mayer, el propietario de los estudios de la MGM, a la salida del estreno comenta: “Debería de darle vergüenza morder la mano de aquél que le da de comer. Tendríamos que enviar de vuelta a Alemania al señor Wilder”. Hay que aclarar que Mayer se equivoca, no sé si deliberadamente, pero Wilder es austriaco, de Viena, no alemán. WIlder que se encontraba por allí y escuchó todo perfectamente le respondió muy serio: ¿Y porqué no se va usted a la mierda?.


2 comentarios:

Cristina dijo...

Estupenda entrada, muy detallada y esplicita. Wilder es uno de mis directores favoritos; un hombre con mucha personalidad al que Hollywood nunca llegó a manejar. Por otra parte Swanson logra su mejor papel con esta interpretación, demostrando aunque sólo fuera para contrariar a los que denostan el cine mudo, que en aquella época en la que las palabras eran los gestos, también existieron grandes intérpretes. Un abrazo.

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

Gracias, se que te gustaría por Gloria y Billy Wilder. Un saludo.