jueves, 10 de septiembre de 2009

LOS MEJORES DIRECTORES _ PARTE _ 2


LA CELEBRIDAD Y EL ESCÁNDALO
Después de haber coqueteado con Hollywood gracias a su amigo Douglas, Kubrick, se asienta en Inglaterra donde había estado ultimamente buscando un hogar para toda su familia. Tenía, no diría que fobia, pero si mostraba reticencia a volar. Se ponía muy nervioso en los aviones, manifestaba que quería permanecer a un lado del charco y de paso buscar la tranquilidad necesaria fuera de las garras de la industria hollywoodiense.
Mientras estaba absorto en su mastodóntico proyecto de reflotar Espartaco, Kubrick y su amigo James B. Harris adquirieron los derechos de “Lolita”, una novela de Nabokov. Si no conoceis la historia de “Lolita”, me refiero a la novela, o nunca habeis visto la película, no os sorprendereis del genio de Kubrick al elegir las novelas que desea llevar al cine. “Lolita”, hace famoso a Vladimir Nabokov, su autor. Pero antes de convertirse en lo que hoy podemos denominar un best seller, fue publicada por Maurice Girodias, un editor pornográfico de la ciudad de París.
Kubrick fue morboso hasta tal punto de que contrató al propio Nabokov para que escribiera con él el guión, para luego apenas usar nada o casi nada del autor. Kubrick se basó en el libro como centro de la trama, pero del guión de Nabokov, ni los restos, y además, cambió varios detalles que no concuerdan con la trama del libro.
Para el papel de Lolita, contrataron a una joven actríz de catorce años que tenía las facciones bastante desarrolladas, intentando así eludir la censura más ponzoñosa. La pregunta es: ¿Como fue capaz esta película de eludir la censura?.
Kubrick no muestra a Humbert acostandose con Lolita, pero no hay ninguna duda de que eso sucede. Al igual que muchas películas de Buñuel, sobre todo en su etapa mexicana, (Susana, 1950) la sexualidad aparece como algo difuso, pero es algo de lo que el expectador no puede escapar. Kubrick admiraba a Buñuel, y no es desconocido que Buñuel adoraba “La naranja mecánica”. Los dos realizadores se mimetizaron a la hora de criticar la américa de los 50.
KUBRICK: EL DIRECTOR DE CULTO.

Después del éxito de “Lolita”, Kubrick ya comenzaba a ser célebre y las ofertas de trabajo no dejaban de caer, pero él siempre fue fiel a sus historias y a su forma tan particular de narrar, por lo que rechazaba ofertas unas detrás de otras. Mientras estaban rodando “Lolita”, Harris y él comprarían los derechos de una novela que abordaba el tema del armagedon nuclear, muy de moda en aquella época de guerra fría y la crisis de los misiles cubanos. La novela se titulaba: “Two hours to doom” (Dos horas para la fatalidad) escrita por Peter Bryant. Fue lo último que hicieron juntos Kubrick y Harris, que luego disolvieron la sociedad para permitir a este último iniciase su carrera como director.
La Seven-Arts también se desvincula del proyecto y es reemplazada por la Columbia pictures, que insistío en que Peter Sellers interpretara varios papeles en la película.
Kubrick intentaría ser fiel a la novela, pero cuanto más avanzaba el guión, más se daba cuenta de que las circustancias le encaminaban a la realización de una comedia. Creyó que la estructura del libro –tres acciones paralelas que se desarrollan en tres espacios sin comunicación entre ellos permitía realizar una farsa, lo que resultaba más convincente para vehicular el sentido mordaz del texto. Para canalizar el humor, Kubrick contrató a Ferry Sluthern, un maestro de la comedia negra. Después de unas sesiones de reescritura, dicen las malas lenguas que con cantidades indecentes de marihuana, consiguen conformar lo que aún hoy se denomina la mayor sátira antibélica de la historia. Cambiaron el título por: “Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Whorrying and Love the Bomb” (Dr. Strangelove o Cómo aprendí a dejar de preocuparme y querer a la bomba), en España se tradujo simplemente “Teléfono rojo, volamos hacia Moscú”.
Antes de la llegada de Southern, Kubrick ya había escrito con Peter Bryant, casi la totalidad de la adaptación de la novela, pero resultaría un thriller sin más. La perspicacia de Kubrick ayudó a que se mezclara el más irónico humor de Southern con el realismo casi documental de Bryant, con lo que el resultado es extraordinario.

LA REVOLUCIÓN, KUBRICK MIRA MÁS ALLÁ.
La revolución llega con 2001. Mucha gente piensa a cerca de 2001 como una película visionaria que no tiene parangón y posiblemente sea cierto, pero los que hemos visto más de cerca la vida y obra de Kubrick, pensamos que es la película de la expiación de Kubrick. Me explico, es donde Kubrick deja la losa de las influencias y comienza a ser el mismo. Un crítico de cine escribió (en “Cahiers du cinema” (Cuadernos de cine), una revista de cine francesa que ahora también se publica en España) que a partir de 2001, Kubrick sólo estaría influido por Kubrick. Y es que aunque no se quiera, se encuentran en 2001 ciertos paralelismos con directores que influenciaron a Kubrick.
Os acordais que os dije antes que Kubrick adoraba a Orson Welles, pues bien, si ponemos a un lado 2001 y al otro Ciudadano Kane, encontramos enormes similitudes en la forma temporal de narrar. Tambien podemos hacer un paralelismo entre el monolito y la palabra del trineo “Rosebud”, que hizo correr tanta tinta en su tiempo como el monolito aún sigue dando de sí hoy en día. Y por si fuera poco, es en cada película, la solución que no resuelve nada. Pero también hay originalidades en Kubrick, que nos hacen pensar que se aleja en esta película de todo lo anterior.
La novedad en la visión de la humanidad a través del tiempo y la exploración de los límites humanos, bien sea por la física o la divinidad. El hacer una película que podemos denominar sensorial o experiencial, donde el director deja la trama a libre interpretación, como si fuese un cuadro subrrealista de nuestro futuro, del cual cada quien debe extraer su visión particular, individual é intima. El hecho de que fuera filmada en Cinerama (Sistema utilizado para mejorar la imágnes y hace panorámicas con una calidad suprema para aquel entonces, constaba de tres cámaras que grababan sincronizadas con tres películas de 35 mm. Que se reproducían al tiempo y con un sonido estereofónico que constaba de siete pistas que se mezclaban en una única banda de fotograma. Esta técnica se empezó a desarrollar en los cincuenta, pero se perfeccionó después grabando con una cámara única pero con un negativo de 70 mm. Así es como está grabada 2001) le concedía a la película unas cualidades perfectas para reproducir ese vals de música, imágenes y sensaciones que pretendía Kubrick. La mejor forma de ver esta película es, si podeis, en pantalla de cine.

LA NARANJA MECÁNICA. KUBRICK SUPERSTAR.

Kubrick comienza el proyecto que lo hará célebre, no sólo para la prensa cinéfila si no para todo el público en general, se trata de una adaptación de la novela de Anthony Burgués, “A clockwork orange” (La naranja mecánica). Es considerada una obra maestra desde el primer pase, no así como pasó con 2001, que al principio pasó desapercibida entre el público y si se me permite decir también entre los críticos, que a veces los críticos también son un poco veletas y soplan por donde pasa el aire, o tienden a cargar más la pluma según la apetencia de los consumidores de séptimo arte.
Kubrick hace una reflexión freudiana, al mezclar el “Yo” de la primera parte de la película, con el “Superyo” de la segunda. Presenta al personaje de Alex (Malcon Macdowell) como un sujeto que solo satisface sus necesidades personales, sin capacidad de ningún dispositivo de inhibición que regule y modere sus brutales acciones y las de sus compañeros dragos. En la segunda parte, después de someterse al programa médico para su reeinserción en la sociedad, experimenta los condicionamientos externos a los que ha sido programado y todo lo que antes resultaba placentero, ahora es censurado por su propia psique.
Es cierto que esta cinta resultó ser un signo de rebeldía de una generación, la de los sesenta, que se contraponía a la más edulcorada de los cincuenta. Esta generación ya no le debía pleitesía a los Beatles, sino más bien, a los Rolling Stones, no sé si me entendeis.
También es cierto que Kubrick supo escudriñar con sus gafas el posíble futuro de la violencia en la sociedad. Hoy en día existen pandilleros sin moral, sin oficio ni beneficio y con la única premisa de satisfacer las necesidades personales. Esta amoralidad de hoy en día era inconcebible en los tiempos de la cinta, pero Kubrick supo anticipar esto con la ayuda de Burges.
Esta película es conocida por varias circustancias que proporcionarían más datos para el escándalo y la publicidad de Kubrick a precio de coste. Fue censurada en Inglaterra por el periodo, ni más ni menos que de treinta años. Precisamente es el país en el que se rodó. Es la primera cinta que Kubrick firma con la Warner.
BARRY LYNDON, UN MAL MENOR.
Kubrick, ya con la Warner de respaldo, se atreve a proponer la idea que siempre le rondaba, que era hacer una película grandiosa sobre la vida de Napoleón. Pero ya había tenido problemas con la MGM anteriormente, cuando esta estaba amenazada por un especulador que contaba con revenderla por partes. No encontró fondos de aquella, y tampoco con la Warner, que consideraba muy elevada la cuantía del presupuesto. Entonces Kubrick tenía que reciclar su idea de película de época, porque era lo que en esos momentos buscaba la Warner. Econtró la novela de William Thackeray “Las memorias de Barry Lyndon”. La verdad es que en el estudio, no estaban muy de acuerdo, pero al rebajar las enormes cifras del proyecto y que el que estaba detrás de las cámaras era un genio que podía sacar partido de casi cualquier situación, accedieron con alguna que otra condición. Impusieron como protagonista a Ryan O´Neal, que en ese momento era la estrella número uno en la taquilla americana.
Kubrick obra con Barry Lyndon al contrario que con “Telefono rojo”, si en teléfono rojo convirtió el libro serio en una comedia, aquí intentará cambiar la picaresca y humorística obra de Thackeray en una película sobria, que intenta alcanzar mayor calado. Quizás tenía miedo a realizar otra comedia, o le parecía que la comedia con el género histórico o de época sería una mezcla con poco interés, o le pudo parecer ridículo. El caso, es que se equivocó. Las críticas no le acompañaron y el público dejó de lado a Barry Lyndon. Seguramente, porque esperaban a un Napoleón, con sus obsesiones, sus temores, sus rabietas, sus….., vamos, imagino como la fiel manada que sigue a Kubrick, se relamía y salivaba esperando a como el maestro sabría explotar todos estos estados de ánimos. En cambio, cuando esta gente fue a las salas de cine se encontró con el ascenso fulgurante a la nobleza inglesa y posterior caída de un joven y petimetre irlandés sin porvenir. Aunque Barry Lyndon es de una belleza increíble y una factura elegante, sus cuatro Oscars así lo afirman, el público esperaba algo más característico del cine visceral de Kubrick. Para la posteridad siempre quedará acuñado que Barry Lyndon será una de las obras más edulcoradas del genio.
Para ser una película que pasó sin pena ni gloria entre el público, no así entre los críticos (Los buenos, los que no se casan con nadie) tiene ciertos aspectos novedosos y hasta peculiares, y… con esto voy al grano, que no quiero hablar tanto de las películas si no la maduración y la vida de Kubrick a través de ellas.
Kubrick, para hacer dos escenas únicamente de la película, luego las utilizó en más, pidió dos lentes especiales a la NASA, con las que podía filmar tanto en exteriores como en interiores, eran grandes angulares muy luminosos preparados para grabar en el espacio. Esto permitió filmar una escena con velas, la primera vez en la historia del cine, con luz natural y sin ningún relleno. Esa lente luminosa especial, favorecía los contrastes y la temperatura de color, que era lo que buscaba Kubrick. En la cabeza de Kubrick rondaba la idea de hacer una película pictórica. De hecho, la iluminación y la colocación de los personajes respondían a la forma de unos cuadros de la época escogidos por Kubrick y su director de arte.
Con esto quiero recalcar que pese a los malos resultados comerciales de la cinta, Kubrick sabe lo que hace. Incluso aunque le negaran la posibilidad de haber rodado su Napoleón, el mismo es consciente de que eso es lo que la gente quiere de él, su firma a la hora de representar las cuestiones del hombre y su mundo psicológico. El sentía que no podía hacer siempre lo mismo, pero no se daba cuenta, de que su visión era tan apartada de los demás, que cuando el público va a ver una película al cine, solo esperaba ver una película, pero cuando alguien va a ver una película de Kubrick, esperan ver además de una película, la visión del director tan particular que no tiene semejanza con sus contemporaneos.
Queda un último apartado que subyace bajo el tintero a raíz de la película, pero os pido que no deis mucho crédito a las palabras que vais a leer a continuación, yo lo comento porque es una teoría que se susurra en voz baja, solo se habla en pequeños círculos, y de la que yo siempre creí cierta o en último caso, verosímil: Pues, tras las homéricas e impresionantes imágenes de 2001, el gobierno de los estados unidos contrataría a Kubrick para hacer unos planos sobre el alunizaje de 1969. Porque el que estudie algo de fotografía, sabe que esos planos tienen más de una fuente de luz, y que yo sepa, en el espacio solo existe el sol. Bueno, yo no digo que el hombre no haya llegado a la luna, pero se pudo contratar a Kubrik, para hacer algo más decente de lo que podían ser las imágenes originales. Los astronautas, que no son unos linces en fotografía, trabajaron con un material que se me antoja difícil que haya funcionado correctamente a las condiciones extremas que ha sido expuesto, temperaturas bajísimas, Luz ultravioleta, condensación del negativo con el cambio de temperatura. Vamos, supongo que sí, que pudieron filmar en esas condiciones, pero las sombras y los contrastes debían de ser más marcados y la calidad de las imágenes una mierda, vamos, a menos que montaran un estudio de fotografía en la luna con focos de relleno y todo. Estos no son datos suficientes pero si vemos luego el pasar de los años y otras pistas como la cesión de las lentes por parte de la NASA a Kubrick, repito, y solamente a Kubrick, sabe Dios por qué. Ellos aducían que era como homenaje a la persona que hizo a la gente soñar con el espacio y participó a su manera a que el programa espacial fuese mirado con buenos ojos. Pero esas lentes cuestan una fortuna y seguramente la Warner no pagaría el seguro. Y aunque Kubric también producía Barry Lyndon, no tenía tanta pasta para pagar personalmente el seguro. No sé, hay gato encerrado. Luego la posterior salida de los medios de comunicación en los últimos veinte años. De hecho es en esta época, terminado Barry Lyndon cuando se muda a una propiedad aislada de Hertfordshire. Son datos que no resuelven nada, pero alimentan la leyenda y las teorías.

EL RESPLANDOR, KUBRICK EN LO MÁS OSCURO DE LA MENTE.

La Warner, después de la debacle en taquilla que supuso Barry Lyndon se cabreó bastante. Pensaban que con firmar al genio estaba todo hecho, pero a veces los genios también son incomprendidos. Como Warner tenía contrato con Kubrick para dos películas más, coaccionó, o mejor dicho, convenció a Kubrick para que la próxima cinta fuese comercial. Entonces, conscientes tanto unos como otros de las posibilidades y características del director, se le ofreció la adaptación de “The Shining” (El resplandor) de Stephen King.
Esta película fue minuciosamente elaborada por Kubrick dado el tema tan escabroso que tenía que expresar. En esta película, Kubrick, se atreve a filmar la esquizofrenia. Fue un periodo en el que Kubrick estaba obsesionado con ese tema y se volvió muy irascible. Os acordáis cuando anteriormente cité el difícil trato que destila Kubrick, pues bien, unido esto a una situación de tensión que se auto imponía Kubrick en el set de rodaje, (era muy celoso de su arte y con la anterior cinta quedara un poco en entredicho), provocó un malestar general que sería mítico para los historiadores de cine. Él sabía que con esta película cerraría la boca de muchos. Creo que es un genio, pero a nivel personal se pasó tres pueblos en aquel rodaje. La actriz Shelley Duvall acabó con la sensación de que había sido denigrada por Kubrick, y… a todo esto pensaréis que no puede ser, hasta donde tuvieron que llegar las cosas para que ella se haya sentido denigrada. Pues la verdad, aunque sé que fue así, aún no me lo creo, si no fuera porque hay documentos gráficos que así lo atestiguan, nada más y nada menos que el documental que se ha hecho sobre la vida de Kubrick: “Una vida en imágenes”, en la que se puede apreciar como Kubrick le dice a la actriz, no sé después de tantas tomas, que es una verdadera inútil que está allí haciendo perder el tiempo de toda esa gente que está trabajando.
Como podéis ver, el rodaje de “El resplandor” ha sido muy duro, y a la postre una perita en dulce para los historiadores de cine, revistas especializadas. Era la comidilla de aquel tiempo. Pero uno tampoco puede juzgar desde fuera las motivaciones que impulsaron a Kubrick ha fomentar aquella atmósfera de tensión fuera de lo normal dentro del set de rodaje. Quizás no sea lícito incitar al mal estar, pero desde el punto de vista del actor´s Studio y el método de Strasberg para la interpretación, es lo que mejor va. Intentar reproducir o alimentar en el sujeto todas aquellas sensaciones que ha experimentado a lo largo de la vida, para reproducirlas ante las cámaras. En este sentido, Shelley Duvall debía estar perdida, ausente, con temor a una personalidad más fuerte que ella, bien sea Kubrick en la realidad o Nicholson en la ficción. Al final, si no tenemos en cuenta los métodos, el resultado es realmente impresionante.
Por cierto el doblaje de ella, una basura. No digo quien la dobló, porque no quiero avergonzar a nadie. No soy tan malo como kubrick, pero para que mejore un poco en este aspecto de su carrera, solo daré unas pistas, empieza con Verónica y acaba por Forqué. Es una tontería ocultarlo porque aparece en las fichas de la película. Siempre me ha parecido que usaba bien unos registros como los del personaje de esta película, pero curiosamente, en el doblaje no me gustó nada.
Esta película está grabada, casi completamente con Steadycam, que era un nuevo tipo de cámaras que no necesitaban railes para hacer travelling. Usa unos contrapesos que permiten llevar a cuestas la cámara sin vibraciones. Permitió hacer el travelling por el suelo del triciclo del niño, con el sonido chirriante de la madera que pone los pelos de punta. Quizás esta innovación permitió a Kubrick mejorar su estética pero por la contra fue uno de los factores que más estrés producía en el equipo, porque la película tiene el dudoso honor de poseer el record de tomas de la historia del cine. Una conversación se llegó a grabar ciento cuarenta y siete veces, sí, no me he equivocado al escribirlo, 147.
Kubrick estába muy ensimismado con el más mínimo detalle. Os acordais cuando al principio del artículo de Kubrick os mencionaba la importancia de la guerra en toda su obra, pues bien, en el resplandor tenemos detalles que pasan desapercibidos, pero que Kubrick ha colocado ahí para que nos diesemos cuenta del juego.
Sabemos que Kubrick estába obsesionado con la segunda guerra mundial y el Shoah, pero no trató directamente el tema como lo pudo hacer posteriormente Spielberg con la “Lista de Schindler” Kubrick seguro que influyó en Spielberg para la realización de esta película. Como Kubrick no pudo hablar abiertamente del tema en el cine, sembró “El resplandor” de simbología referente al número 42, referencia que tomó Kubrick en referencia al año en que Hitler ordenó la solución final, es decir, el holocausto judío.
El número 42 aparece en la manga del jersey que lleva Danny en el momento de a primera visión del ascensor que escupe sangre. El presupuesto de la película fue de 42 millones de dólares. Wendy y Danny ven una película que se titúla verano del 42. La habitación 237, que encierra el número 42, (2 x 3 x 7 = 42). La foto de la noche de San Silvestre del hotel Oberlook, en 1921 (21 x 2 = 42).
Estas revelaciones podréis encontrarlas en el libro “The Wolf at the door” del historiador Geoffrey Cocks.
LA CHAQUETA METÁLICA, LA OBRA CEREBRAL.

“El resplandor”, fue un gran éxito de taquilla y Kubrick, después del intrincado rodaje y promoción, por fin pudo respirar hondo. Tardó más de siete años en elaborar su siguiente proyecto, otra vez minucioso como ninguno. Pero antes intentó abordar “El perfume de Patrick Süskind, que dejó a un lado para centrarse en “La chaqueta metálica”, a partir de la novela de Gustav Hasford, corresponsal de guerra enviado a Vietnam, que se titulaba: “The short times”.
Paradójicamente, la increíble verosimilitud de los personajes, por muy excéntricos que fuesen, llevó a Kubrick a contratar para el papel del sargento de instrucción a Lee Ermey, que fue instructor en la vida real. La verdad es que borda su papel, casi no tuvo que actuar.
Fue una producción larga, pero un éxito comercial sin precedentes. Duró 9 meses, entre la base de Parris Island y una fábrica de gas abandonada y medio derruida que se utilizó como decorado de la ciudad de Hue.
La película consta de dos partes diferenciadas, pero carece totalmente de trama, o se podría decir que está compuesta de varias subtramas o conjunto de acciones que no enlazan una narración fluida y que suponen reflejos de comportamiento ante el contexto de una guerra. Era un elemento que quería recalcar Kubrick, para conseguir una película que hablase de la guerra en sí y su barbarie y no fuese una simple película antibelicista con alguna enseñanza o moraleja implícita en una trama.
EYES WIDE SHUT. LA PELÍCULA PÓSTUMA.

En principio, Kubrick tenía intención de llevar al cine “Inteligencia Artificial”, un relato de Brian Aldiss. Se trataba de las vivencias de un niño androide y a Kubrick le costó desarrollarlo más de 15 años, pero la tecnología aún no estaba preparada para los efectos especiales de la que se le quería dotar. Total, otro plan frustrado, pero es un proyecto que finalmente ha visto la luz en el 2001, paradojas de la vida, un número cargado de mucho simbolismo en la vida del director. El realizador ha sido Steven Spielberg, amigo personal de Kubrick y su esposa.
Como dije anteriormente, Kubrick va espaciando más sus trabajos, y si entre el resplandor y la chaqueta metálica pasaron siete años, desde la naranja mecánica hasta su último proyecto, “Eyes Wide Shut” pasaron doce largos años.
El relato “Traumnovelle” en el que se basa la cinta se escribío en 1925, es originario de Arthur Schnitzler. Quizás es el proyecto que más tiempo le llevó a Kubrick, porque el anuncio conjunto con la Warner que se hizo de este proyecto coicidió con la postproducción de “La naranja mecánica”.
La historia está basada en el “seven year itch”, (la sarna de los siete años o el picor de los siete años) un deseo sexual que nace después de siete años de matrimonio, es el apetito que nace de la monotonía. Esta expresión común es el título original de la comedia de Billy Wilder “La tentación vive arriba”, que tiene como argumento principal la explicación de este repentino escozor.
El rodaje fue un suplicio como no podría ser de otra manera, 400 días aproximadamente, o año y medio contando vacaciones y demás. Es curioso ver como Tom Cruise, acostumbrado a ser un prepotente y creído niño prodigio de hollywood, no dijo ni pío ante el rodaje de Kubrick. Cruise adoraba a Kubrick por su genialidad pero también por su carácter y voluntad de hierro. Las extravagancias las dejó para la promoción. Aunque en este caso, no hacía falta. Los ingredientes eran: Película de Kubrick después de doce años, fama de rodaje tortuoso, la pareja protagonista era pareja en la vida real, Cruise y Kidman atravesaban por una crisis en su matrimonio; que supone más comidilla, salía en el reparto Sydney Pollack, quien siempre declaró que se hizo director por ser un actor frustrado. En fín, la película tenía publicidad ya de por sí, creo que lo recaudado por la cinta se basa en el ínfimo gasto de publicidad.
No es cuestión mía ocuparme de los cotilleos, pero Tom Cruise y Nicole Kidman, durante el rodaje estuvieron más unidos, pero la exposición de Kubrick a sus dudas mediante la interpretación de una pareja con problemas maritales, creo que acabó poco tiempo después precipitando el divorcio. Kubrick hubiera sido un psicoanalista de primera.
Los críticos esperaban más una obscenidad más acorde con la mente retorcida de Kubrick, pero había truco, es verdad que hay escenas subidas de tono, pero la cinta se centra en las lagunas de la mente de los protagonistas en referencia al amor, el placer y el arrpentimiento si lo hubiese। “Eyes Wide Shut”, cada día coge más adeptos, en esto si que concuerda con el prototipo de película de Kubrick, que dice: “Un espectador de cada vez”.
Kubrick moría placidamente en su cama el 7 de marzo de 1999, una semana antes del preestreno privado que tenía planeado Tom Cruise para la Warner। Por cierto, Tom Cruise es el narrador del documental “Stanley Kubrick, una vida en imágenes”.

1 comentario:

Raúl dijo...

Le he echado un vistazo a tu blog. Una elección de temas y películas interesante, y algunas críticas realmente buenas.
Agradezco tu visita, y que te haya gustado mi propuesta literaria.
Un saludo, Emilio.