miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL PADRINO

Esto son palabras mayores, estamos hablando de la cúspide del cine, hasta hace muy poco, dos películas de la trilogía del padrino estaban ocupando dos de los primeros diez puestos en la lista del instituto americano del cine. Y es que antes de hablar de la propia pelícual en sí, deseo contextualizar su entorno y su influencia en el mismo.
Para empezar, Coppola califícó esta película de alimenticia, es decir, la hizo porque estaba arruinado, lo curioso es que lo había arruinado el que luego sería conocido como "El rey midas", nada más y nada menos que George Lucas.
Con Coppola, nacía una generación de cineastas en nortearmérica, que innovarán una nueva forma de narrar historias y refrescar el cine. Esta generación se acuño de alguna manera, la generación de la American Zoetrope, porque esa generación acabó trabajando de alguna manera como amigos en la productora que montó Coppola. Hablaré de esto otro día pero ahora me sirve para aclarar que Lucas hizo su película THX 1138, con el dinero de la American Zoetrope.  Yo no creo que fuese una mala película, pero fue un fracaso a nivel de taquilla y pasó sin pena ni gloria, con lo que hizo pasar penurias económicas a la productora y al propio Coppola.
El caso es que Coppola acepta el trabajo del padrino a regañadientes, anque no le entusiasmase la idea,  necesitaba comer. Y los estudios necesitaban alguien experimentado en guión y que además se hubiera criado en un ambiente italiano como el barrio de Little Italy y conociera los entresijos de ese submundo.


Bueno, el guión es impecable y deja varias perlitas para la posterioridad que ya todo el mundo más o menos cononce, pero lo que la gente no sabe, es que casi la mitad de las escenas está compuesta por elementos que han sido improvisados. Muchos críticos en su momento alabaron la forma circular y elementos recurrentes del guión con el tema de la naranja. Ellos sentenciaban que cuando en el padrino aparece una naranja es sinónimo de muerte, como si se creara un nuevo lenguaje iconoclasta. Como si Coppola con eso consiguiese crear un código al estilo de esos hombres sicilianos. Como si la naranja de Coppola es a la película lo que el envío del pez  es para los sicilianos, que alguien tiene unos zapatos de cemento y duerme con los peces. Pues bien, la escena en la que Vito Corleone (Marlon Brando) muere, no estaba planeado emplear ninguna naranja, Marlon Brando hizo un juego con el joven actor para ganarse su confianza, consistió en hacerse una dentadura ficticia y perseguir al niño por todo el set. Este detalle le gustó tanto a Coppola que decidió incluirlo en el montaje final, con lo que tenemos a unos críticos desgastando tinta sobre la genialidad de algo que no era real y que nació de manera fortuita.

 Otra improvisación que luego quedó genial en pantalla fue la del gato que aparece Brando acariciando al principio del film. Pues ese gato lo había encontrado Brando unos minutos antes pululando por el estudio. Bueno, incluso, ... y esto es un escándalo, que en la escena del gato, cuando va el funerario a pedir los favores del Don, no aparecía en el guión original, si no que fue sugerida a Coppola por un amigo. Dentro de la misma escena, Brando improvisó una risa de manera burlona para mofarse del enterrador, que sorprendió a Robert Duvall que esbozó una sonrrisa nerviosa que resultó de lo más natural.
Una curiosidad bastante jugosa es la incorporación de Marlon Brando al proyecto. Los directores de la Paramount estaban completamente en contra de la contratación de Brando y así se lo hicieron saber a Coppola. Pensaban que era una estrella venida a menos y que además era famoso por sus múltiples excentricidades y mal comportamiento en los rodajes. Los de la Paramount siempre fueron muy serios en este sentido, no hay nada más que ver al actor más taquillero de los últimos diez años (Tom Cruise) despedido hace un par de años de la Paramount por lo mismo que no querían a Brando para el padrino.
Coppola convencido de que era la mejor opción trato de persuadir a la productora, pero no había forma de hacer cambiar de opinión en este aspecto a la Paramount. Y ahora es cuando viene lo bueno. La productora dijo a Coppola que organizase un casting, la sorpresa mayúscula para Coppola y compañía es cuando en el mismo casting aparece Brando y dice: "Quiero hacer las pruebas para conseguir el papel". Coppola en vez de quedarse patidifuso le responde: "Tendrás que hacer cola como todos" y Brando esperó. Coppola consiguió que la Paramount contratase a Brando, no en vano, era un sueldo elevado, pero Coppola debía renunciar a su sueldo y hacer firmar al actor una cláusula que asegurase la asistencia al rodaje y un comportamiento coherente. Marlon Brando cumplió, sabía lo que significaría ese papel y Coppola se hizo de oro, porque a cambio de no recibir sueldo la Paramount firmó un porcentaje de las ganancias para el director una vez recuperada la inversión en taquilla. La productora no confiaba en Coppola y tampoco esperaba mucho de la cinta, con lo que no le importó acceder en este caso. La pelícual arrasó en los cines y permitió a Coppola tapar los huecos en la American Zoetrope.
Robert De Niro hizo las pruebas del casting para el papel de Sonny Corleone, pero al final Copola se lo ofreció a James Caan, que estudió en la escuela con el director. A la postre fue un triunfo para De Niro, porque encarnó en la segunda parte a Vito Corleone y ganó el oscar. Un oscar muy meritorio, porque consiguió una caracterización perfecta después del trabajo de Brando, con el que ya había conseguido un oscar, y esto es muy difícil. También es verdad, que la academia, después de este premio, le negó otros tantos muy merecidos en esa ecuación de frágil equidad que practica en contra del buen gusto.



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