jueves, 27 de agosto de 2009

CASINO


Esta es la historia de los tejemanejes de tapadillo y en la penumbra que se producen en los grandes casinos de Las Vegas. Como historia de Scorsese, es una historia de desengaños, desengaños con el dinero, con las mujeres, con el poder..., etcétera.
Scorsese ya nos tiene habituados a esta trama en la que se produce un ascenso fulgurante y una caida estrepitosa produciendo en la historia una especie de bajada a los infiernos. Este declive es clave para la redención del personaje, el que se pueda redimir, porque Martin no deja títere con cabeza. Ja, ja.
La elección de los actores fue fácil y natural। Scorsese no tenía que plantearse nada a la hora de hacerse con su actor fetiche (De Niro). Robert De Niro cumple con la papel con solvencia, pero se me antoja un poco distante. Quizás haya sido una indicación de Scorsese para contrastar con el carácter violento del personaje de Joe Pesci, que tuvo más manga ancha para desfasar, y la verdad, lo bordó. Pesci nació para ser mafioso, un auténtico padrino, pero sin modales, honor ni ceremonias que seguramente censuraría. Sería un mafioso de verbo directo, acción contundente y no necesariamente leal a su palabra. Joe Pesci construye un personaje detestable, pero con diabólica e inteligente atracción. Al final, ese tipo acaba por enamorarnos. Porque él hace las cosas por nosotros, esas cosas que queremos hacer y no podemos. Cargarnos a alguien, robar una joyería, no hacer cola en los restaurantes, pegar palizas todos los días y decir que eres el puto amo. Por eso el personaje tiene una irresistible erótica que nos magnetiza. Y Pesci supo adivinarlo en uno de los nuestros, pero aquí, en Casino, lecoge el puntillo justo para construir un personaje memorable.


Capítulo aparte merece Sharon Stone, que pareciendome una actriz bastante mediocre, en esta película ofrece muestras de una gran mejoría, y que si es dirigida convenientemente, no es una inversión a fondo vacío. Aquí borda el papel de putita caliente y buscona que organiza su vida en relación al dinero y al lujo, pero que se enamora desgraciadamente del tipo equivocado, un chulo de putas y traficante de poca importancia.
La verdad es que es una película de verdaderos excesos, es la prolongación y exageración de “Uno de los nuestros”. Quizás “Uno de los nuestros” tenía a Ray Liota, que siempre ha sido más frio y apagado.
Como curiosidad, decir que es la película que tiene el record de tacos inferidos por minuto de toda la hitoria del cine। Scorsese va más allá en el lenguaje de la mafia, ya no hay moral, no hay normas. Los mafiosos de las vegas son groseros y no tienen educación, les basta con tener un arma o a Joe Pesci, que en esta cinta está hecho un perro de presa. La verdad es que considero que pese a la duración del metraje, se hace más llevadera que Uno de los nuestros. Pienso que es más divertida, más montaña rusa. En cambio, sostengo que Uno de los nuestros es una obra más sobria, más completa.

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